La sobreactuación del republicano Gabriel Rufián llega en el peor momento. También la de Albert Batet, portavoz de Junts per Catalunya en el Parlament, quien el pasado miércoles auguró que los presos independentistas podrían sufrir un auténtico “Guantánamo” español, en referencia a la cárcel estadounidense donde se han denunciado torturas a reclusos terroristas.

Gabriel Rufián, alzando los brazos durante su rifirrafe con Josep Borrell en el Congreso a cuenta de los nacionalismos / EFE

Gabriel Rufián, alzando los brazos durante su rifirrafe con Josep Borrell en el Congreso

Rufián y Batet han sido criticados por sus propios partidos porque, según ha podido saber Crónica Global, Generalitat y Gobierno español han abordado en sus conversaciones la posibilidad de que los procesados que cumplen prisión preventiva queden en libertad provisional antes de Navidad. La decisión debe tomarla una autoridad judicial, pero el Govern espera más gestos del Ejecutivo de Pedro Sánchez. De ahí que las broncas de Rufián y Batet hagan un flaco favor a los interlocutores catalanes, con Elsa Artadi, consejera de Presidencia, al frente.

A las puertas del juicio

Esa hipotética excarcelación se produciría a las puertas del juicio por el procés en el Tribunal Supremo, que comenzará en enero. Lo hará con las cuestiones previas de las partes que, una vez expuestas, podría obligar a suspender el juicio hasta febrero a la espera de que los jueces resuelvan. La sentencia no se espera hasta el verano, por lo que la virtual liberación de los presos tiene, según fuentes soberanistas, una lectura estrictamente electoral. “Oriol Junqueras podría hacer campaña de cara a las elecciones municipales, algo que no pudo hacer en las elecciones catalanas del 21D. Las encuestas le son favorables y en medios madrileños se cree que la solución al conflicto catalán pasa por él”, explican.

Marta Pascal, Albert Batet y Elsa Artadi, de izquierda a derecha, en un acto de PDeCAT, en quien confía ERC para que apoye un candidato alternativo a Puigdemont/ EUROPA PRESS

Marta Pascal, Albert Batet y Elsa Artadi, de izquierda a derecha, en un acto de PDeCAT

Durante la llamada “operación diálogo” impulsada por la exvicepresidenta del PP Soraya Sáenz de Santamaría --gran valedora de Junqueras--, ya se especuló con la excarcelación “táctica” del líder de ERC, que nunca se produjo.

La posibilidad de que el republicano, así como su compañero de filas Raül Romeva, y los diputados de JxCAT Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull es mayor. Ha pasado más de un año --la prisión provisional no puede exceder de dos años y en su caso es prorrogable porque se enfrentan a delitos graves-- y el cambio de Gobierno se ha traducido en gestos significativos, como el traslado de los presos a cárceles catalanas y, más recientemente, el cese del abogado del Estado Edmundo Bal, partidario de acusar por rebelión a los procesados en lugar de sedición, como finalmente acordó ese cuerpo jurídico.

Por todo ello, los ataques de Rufián a ministro de Exteriores Josep Borrell han destrozado la estrategia de ERC en el Congreso, que tal como publicó ayer este diario, pasa por mostrar moderación en Cataluña y agitación en Madrid, pero sin romper los puentes.

Por su parte, Batet dio una vuelta de tuerca a las frecuentes críticas del presidente Quim Torra a la Justicia española. Algo que PDeCAT no ve con buenos ojos, dado que dos de sus líderes, Turull y Rull, están en prisión, mientras que Carles Puigdemont y Toni Comín --cada vez más entregados a la causa de Waterloo-- optaron por la huida.