“A Carmen Calvo casi le da un infarto”. De esta manera gráfica explican fuentes socialistas la crisis registrada en el seno del Gobierno de Pedro Sánchez, después de que el Ministerio de Trabajo diera luz verde a la creación de un sindicato de trabajadoras sexuales. El desliz, cometido por un Ejecutivo que ha hecho bandera de su feminismo y de su apuesta por la abolición de la prostitución. Y mientras la número dos de Sánchez montaba en cólera, la ministra de Trabajo pedía disculpas por escrito a sus compañeras de Gobierno y de partido. “Estoy alucinando, estoy desolada”, aseguró en su mensaje.

El pasado 4 de agosto, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una resolución de la Dirección General de Trabajo por la que se anunciaba la constitución del sindicato denominado Organización de Trabajadoras Sexuales" (OTRAS), cuya actividad, según consta en sus estatutos, se desarrollará “en el ámbito funcional de las actividades relacionadas con el trabajo sexual en todas sus vertientes".

La primera reacción del departamento

Sin embargo, los hechos trascendieron en vísperas de que la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Carmen Calvo, compareciera en el Congreso para explicar para explicar la puesta en marcha de las medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Fuentes socialistas aseguran a Crónica Global que Calvo montó en cólera al conocer que el Ministerio de Trabajo había dado luz verde a la creación de este sindicato.

La primera reacción de este departamento fue alegar que la publicación en el BOE era un puro trámite y que la denominación de “trabajadora sexual” no implica necesariamente la prostitución, sino otro tipo de actividades relacionadas con el sexo, como por ejemplo el cine porno. Sin embargo, la tormenta ya había estallado dentro del Gobierno. “A Calvo casi le da un infarto”, aseguran las citadas fuentes, que recuerdan el activismo feminista de la vicepresidenta.

"La primera que estoy alucinando soy yo"

Por su parte, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, pidió disculpas a sus compañeras de filas, a las que envió un mensaje para informar de que “esta misma mañana” --ayer para el lector-- había dado instrucciones al subsecretario y a la Secretaria de Estado de Empleo para emprender de forma inmediata el procedimiento para anular “de oficio” la inscripción de ese sindicato.

“La primera que estoy alucinando soy yo”, “estoy desolada. No me entra en la cabeza cómo se ha podido colar esto”, aseguró Valerio en ese escrito dirigido a las mujeres de su partido.

"Descoordinación"

En el Gobierno se admite que esta crisis se debe a un problema de descoordinación, aunque no descartan que haya sido un funcionario o técnico heredado de la anterior legislatura quien “se la haya colado” a la ministra. “Los ministerios trabajan con equipos heredados, a veces pasan estas cosas. Hemos trabajado todo el mes de agosto, demasiadas cosas a la vez. En ocasiones no se llega a todo”, añade una fuente conocedora de la crisis que ha tensado las relaciones entre Calvo y Valerio y que ha permitido a la eterna rival del presidente Sánchez, Susana Díaz, hurgar en la herida. “Esto es una manera encubierta de querer legalizar la prostitución y la explotación de las mujeres” y de “tapar” lo que supone “mucho negocio para traficantes y proxenetas”, dijo ayer la presidenta andaluza.

El propio Sánchez tuvo que salir al paso y, a través de las redes sociales, reiteró la postura abolicionista de su Ejecutivo que, dijo, “no dará respaldo a ninguna organización donde se recoja esa actividad ilícita”.

Cataluña, otro frente interno

No es el primer enfrentamiento que se produce en el seno del Gobierno de Pedro Sánchez. Calvo y la ministra de Defensa, Margarita Robles, han protagonizado ya tensas conversaciones en el consejo de ministros respecto a la estrategia a seguir ante el proceso secesionista catalán.

Mientras Calvo es partidaria de contemporizar, destensar la situación e insistir en el diálogo, Robles defiende una respuesta legal contundente y sin concesiones a los independentistas.