El independentismo más irredento ha decidido plantar a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils y organizar su propia celebración del primer aniversario del 17A este viernes por la tarde. Lo hará para demostrar su desprecio al Rey y cediendo todo el protagonismo a otras víctimas: las del “Estado represor”.
De ahí que las entidades que habitualmente se encargan de canalizar el activismo separatista hayan contraprogramado el homenaje institucional que ha preparado el Ayuntamiento de Barcelona con una concentración alternativa en la prisión de Lledoners, donde se encuentran encarcelados la mayoría de los dirigentes procesados por el referéndum del 1-O, entre ellos el exconsejero de Interior Joaquim Forn. La Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium y la Associació de Municipis per la Independència (AMI) han preparado ese homenaje alternativo a “quienes fueron aplaudidos alrededor del mundo por su profesionalidad y ahora son perseguidos y acusados de organización criminal”.
Tanto Forn como el exmayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, pilotaron el dispositivo y la investigación de los atentados, que provocaron 16 muertos y más de un centenar de heridos. Ambos han expresado su rechazo a ser homenajeados pero la esposa de Forn, Laura Masvidal, estará presente en representación de la Associació Catalana pels Drets Civils (ACDC).
La CUP y las armas
La CUP tampoco acudirá a los actos institucionales pues, según Laia Estrada, miembro del Secretariado Nacional del partido antisistema, supone “una hipocresía” que la Monarquía española, “que está implicada directamente en el negocio armamentístico”, asista al evento oficial.
El radicalismo secesionista intensificó su acoso al monarca tras el discurso pronunciado por don Felipe el 3 de octubre, dos días después del referéndum, en el que censuró el proyecto rupturista. Tras el cambio de Gobierno, fruto de la moción de censura del PSOE contra Mariano Rajoy, el independentismo ha colocado al Rey como símbolo principal del "Estado español represor"
Colau lamenta la politización del acto
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha lamentado que los independentistas hayan politizado el aniversario de los atentados. "Hay muchos otros días al año para hablar de monarquía o república", dijo en una entrevista este fin de semana en El País. Pero ha sido en vano. El propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, asistirá a ese cónclave secesionista en Lledoners. Por la mañana acudirá al acto oficial, a pesar de que, con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos del Mediterráneo, amagó con un plante al Rey. Finalmente asistirá, pero no se descarta que protagonice alguna soflama secesionista, sea en forma de entrega de manifiesto libertario, sea en forma de quebrantamiento del protocolo. Mantener la agitación secesionista para garantizar un “otoño caliente” –especialmente si las causas judiciales por el 1-O llegan a juicio después del verano-- es una de las consignas dadas por el expresidente Carles Puigdemont que tanto ERC como PDeCAT intentan soslayar sin pasar por disidentes.
No habrá discursos oficiales en el acto central, precisamente para que el foco esté en las víctimas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó días atrás su asistencia.
La ANC y Òmnium descartan, por tanto, un “escrache” al Rey, aunque la actuación de los Comités de Defensa de la República (CDR) siempre son imprevisibles. De esta forma, se evitará la repetición de las bochornosas escenas que tuvieron lugar en la manifestación posterior a la matanza yihadista, que mutó el protesta independentista por la presencia de Felipe VI.
Ofrenda floral
El ayuntamiento, en colaboración de la Generalitat y la delegación del Gobierno en Cataluña, coordina el acto que se celebrará este viernes en la plaza Cataluña, e incluirá una ofrenda floral ante el mosaico de Joan Miró en la Rambla. “Barcelona, Ciudad de Paz. Acto en recuerdo y solidaridad con las víctimas de los atentados del 17 de agosto" es el título del homenaje.
En el acto también estarán representados los ayuntamientos de Cambrils y Ripoll, así como Alcanar y Subirats. También se contará con la presencia de una delegación de Rubí, Sant Hipòlit de Voltregà, Vilafranca del Penedès y Zaragoza, municipios donde residían víctimas mortales, y miembros de todos los cuerpos policiales, servicios de emergencia y demás servicios públicos que ayudaron en la atención a los atentados.