Esquerra exige “unidad estratégica” a Puigdemont para poder gobernar
Aragonés considera que se debe encontrar un camino común, inexistente desde el 1-0, pero rechaza las listas independentistas unitarias
7 agosto, 2018 12:32Esquerra Republicana pasa por un mal momento. Sus convicciones no han cambiado, pero quisiera pasar página y tratar de no caer en los errores de los últimos años. La presión que recibe de un mundo concreto del independentismo es, sin embargo, de gran envergadura.
El vicepresidente del Govern, y consejero de Economía, el republicano Pere Aragonés ha exigido “unidad estratégica” del independentismo, en una alusión directa a Carles Puigdemont y sus más estrechos colaboradores, pero rechazando de forma clara la constitución de listas unitarias de todo el movimiento independentista de cara a las elecciones municipales de junio de 2019.
Discreción
Esa petición, por ahora, cae en saco roto. El movimiento de Puigdemont, la Crida Nacional per la República, busca arrinconar a Esquerra, pero no tiene ninguna hoja de ruta trazada.
Aragonés ha señalado que, desde el referéndum del 1 de octubre, no hay nada proyectado. “Después del referéndum del 1 de octubre es necesario acordar una nueva unidad estratégica”, una cuestión que, no obstante, requiere “discreción y cuando toque, una expresión pública”.
Proceso de ruptura
Esos contactos se están realizando, pero sin ninguna concreción. Aragonés se muestra optimista de que ese acuerdo se alcanzará, pero la realidad es que las diferencias internas cada vez son más importantes, y en el seno del Ejecutivo catalán no hay una voluntad, por ahora, de seguir un camino: o gobernar, y protestar por las decisiones judiciales sobre los políticos presos, pero sin perder el objetivo más importante, o lanzarse cuanto antes a un proceso de ruptura, aprovechando, precisamente, el próximo juicio a los líderes independentistas presos.
Esquerra lo tiene claro. Pero Puigdemont presiona. Él no tiene nada que perder. Pondrá en marcha a finales de octubre el llamado consejo de la república desde Bruselas, dispuesto a forzar unas elecciones, para que las convoque el presidente Quim Torra una vez que, legalmente, lo pueda hacer: a partir del 27 de octubre, un año justo después de que Mariano Rajoy convocara el 21-D.
Una de las cuestiones que más molestan a Esquerra es que los sectores afines a Puigdemont digan ahora que la estrategia correcta era la del expresidente, que se fue fuera de España, mientras que Oriol Junqueras se quedó y fue ingresado en España. "Junqueras hizo lo que tenía que hacer", ha reiterado Pere Aragonés.