Una foto de archivo de Úrsula Mascaró

Una foto de archivo de Úrsula Mascaró

Política

Boicot 'indepe' a calzados Mascaró

La empresaria y propietaria de la empresa balear se ha convertido en el blanco de una campaña en las redes sociales para boicotear sus productos

7 julio, 2018 16:26

Varios perfiles de Twitter de índole independentista han iniciado una campaña para difamar a la empresaria menorquina Úrsula Mascaró, propietaria de una empresa de calzados que lleva de nombre su apellido. 

Nacida en Ciudadela, Menorca, en 1969, Úrsula ha defendido siempre la cultura propia de las Islas Baleares. Ahora, con el auge del independentismo en Cataluña y el contagio que ello supone en algunos sectores residentes en las islas Baleares, Úrsula creo la plataforma MosMovem, para evitar que el independentismo catalán se apoderara de las instituciones baleares. 

Catalán obligatorio en los hospitales

Estas cuentas alertan con mensajes a los turistas catalanes que este año planeen viajar a las paradisiacas playas de Menorca en sus vacaciones de verano sobre la presunta actuación en contra de la lengua catalana de la empresaria. 

Los independentistas aseguran que la plataforma Mos movem fue creada para "arrancar el catalán de sus usos oficiales de las Islas Baleares". Estas acusaciones se desprenden de la polémica surgida en los centros sanitarios de las Islas. Úrsula creó este movimiento después de enterarse que los facultativos del hospital Mateu Orfila de Menorca habían decidido marcharse al conocer que el Govern balear de Francina Armengol, Més per Mallorca, y Podemos les obligaban a tener el título B1 de catalán para optar a traslados y ascensos. Además, para nuevas contrataciones también se exigía esta titulación.

Falta de facultativos

Médicos y enfermeros denunciaron el año pasado esta situación y la plataforma civil cuenta ya con miles de apoyos. Muchos de ellos, defienden que en Menorca se habla menorquín, una lengua de procedencia latina --como el catalán y el valenciano-- y con una gran similitud, pero que tiene su propia historia. Además, sostienen que no se exige como requisito indispensable para trabajar en puestos públicos. 

Mascaró defendió en una entrevista a El Español que los menorquines han aguantado durante más de 20 años la absorción de su identidad por parte de los catalanistas. "Definitivamente, sí. Aquí somos gente tranquila y paciente. Nos dijeron que hablamos catalán en lugar de balear y no nos quejamos. Nos dijeron que nuestra cultura es la catalana y también consentimos. Más o menos hemos ido aguantando, pero llevamos 20 años así y la gente ya está cansada. Que toquen la Sanidad ha sido la gota que colma el vaso y ahora viene la conquista de la Educación". 

Pero ya están hartos. Ahora, los independentistas más extremos intentan que le pase factura en su empresa. 

Un tuit que aboga al boicot a la empresa calzados Mascaró

Un tuit que aboga al boicot a la empresa calzados Mascaró

¿Cómo reacciona ante el boicot?

Úrsula está en contra de este tipo de acciones. En la misma entrevista reconoció comprar marcas catalanas. "Y yo sigo comprando espetec Casa Tarradellas y agua Vichy, estoy en contra de los boicots". Asimismo, reconoce que en las redes sociales corren tuits y campañas en contra de su empresa. Aun así, su marca tiene mercado en el resto de Europa, Estados Unidos y Asia, por lo que no todos sus ingresos responden al mercado nacional. 

Además, cuenta con una gran variedad de productos que le han abierto varios segmentos de mercado. Zapatos de temporada, colecciones para novia, accesorios y los conocidos como esenciales con un estilo más clásico. Además, el precio de sus productos es para un comprador de clase media-alta con un margen de benefico elevado. El precio de salida del par más barato es de 185 euros, pero modelos más sofisticados pueden alcanzar los casi 400 euros. 

 

Una foto de los zapatos de Úrsula Mascaró

Una foto de los zapatos de Úrsula Mascaró

Una foto de los zapatos de Úrsula Mascaró

Pese a este boicot comercial, la menorquina también ha recibido amenazas hacia su persona y su integridad física. "Te mereces una paliza como un perro", pero reconoce que no tiene "miedo".