Una concejal de Ada Colau (BComú) ve como un "espacio de ocio" el mercado de manteros de la ciudad. Laia Ortiz, segunda teniente de alcalde de Barcelona y responsable del área de Derechos Sociales, tildó ayer, martes, 19 de junio, de "punto de socialización" el mercado de la miseria de la plaza de las Glòries, que congrega diariamente a decenas de personas.
Ortiz indicó concretamente que el punto de venta ambulante "no es un espacio de lucro, es sobre todo un lugar de encuentro". Bajo su punto de vista, la concentración de gente que vende plásticos, hierros u otro material recogido de la basura "no es venta en la calle como la que tradicionalmente conocemos" sino "un espacio de socialización en el que se produce, por encima de todo, el intercambio sobre el lucro". Según Ortiz, las personas vulnerables que venden objetos de forma ilegal "no van a ganarse la vida, sino a encontrarse" en Glòries.
Sin respuesta a la pregunta
La respuesta de Laia Ortiz llega después de las críticas de vecinos y comerciantes por este peculiar mercado de la penuria, en el que se comercializan objetos hallados en los contenedores. La edil defendió que han identificado el fenómeno e identificado a sus participantes para trasladar los casos a servicios sociales, pero pasó la pelota a las otras administraciones. "Atendemos al 70% de los vendedores del mercado de la miseria en los puntos de atención social, pero hay problemas de precariedad y pobreza que incumben a otros gobiernos", defendió.
La edil no explicó no obstante qué proyectos sociales desarrollará el ejecutivo local de BComú para sacar a estas personas de la venta miserable. Además de no contestar a la cuestión que le planteó Marilén Barceló, concejal de Ciudadanos en el ayuntamiento, Ortiz atacó al partido naranja, al que acusó en un tono crispado de "instrumentalizar la pobreza".
Desbordada por la venta ambulante
Cabe recordar que la réplica de la concejal de BComú a la pregunta de Ciudadanos ayer en la comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes ha cogido al partido que gobierna Barcelona con el pie cambiado con la venta ambulante. El pasado sábado, trascendió un vídeo de una pelea de manteros en la playa de la Barceloneta por el control del arenal y el negocio de comercializar productos a los turistas que se bañan o toman el sol allí. El lunes hubo otro incidente en el Port Vell que obligó a intervenir a la policía portuaria y a los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra.
La proliferación incontrolada de la venta en la calle es uno de los problemas que el ejecutivo local de Colau no ha podido atajar en los tres años de mandato. Prueba de ello es la creación de la Plataforma d'Afectats pel Top Manta, que entró un requerimiento previo al ayuntamiento a principios de mes. Las 28 entidades firmantes reclamaron "medidas urgentes" antes del verano. Lamentaron que el fenómeno "no sea una prioridad" para el gobierno municipal y alertaron del daño sobre la imagen de la ciudad, además del menoscabo económico que soportan.