Albert Rivera, presidente de Ciudadanos

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos

Política

Los expertos opinan sobre el nuevo discurso de Rivera: ¿Obama o José Antonio?

El líder de Ciudadanos, consciente del auge del nacionalismo español que provoca el 'procés', intenta arrebatar al PP la bandera de la unidad con un alegato basado en la ciudadanía

23 mayo, 2018 00:00

La conclusión parece unánime: Albert Rivera ha cambiado su discurso para presentarse ante la ciudadanía como principal referente del patriotismo español. Lo demostró el pasado domingo, en un gran acto que algunos compararon con las intervenciones del expresidente estadounidense Barak Obama, mientras que otros vieron similitudes con José Antonio Primo de Rivera. “Recorriendo España yo no veo trabajadores o empresarios, veo españoles; no veo a jóvenes o mayores, veo españoles”, fue su frase más polémica.

Tres expertos valoran para Crónica Global el nuevo estilo del presidente de Ciudadanos.

El profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza Pau-Mari Klose no cree que el discurso de Rivera tenga resonancias joseantonianas. “Algunas cosas pueden evocarlas levemente, pero creo que es una caracterización caricaturesca pretender que tengan algo que ver. No diría tampoco que es un plagio del de Obama, pero claramente tiene pasajes inspirados en sus discursos”.

Klose sí ve un problema en Rivera pues "adolece de los mismos rastros populistas que se dedica a denunciar". "El populismo es un estilo retórico que contrapone la idea de un pueblo bueno, honrado y trabajador (la #Españaciudadana), a un Otro corrupto y corruptor. Ese Otro se identifica habitualmente con las élites, la casta que denunciaba Podemos. Esa denuncia de las élites aparece en los partidos de extrema derecha y de extrema izquierda”.

Factura 'aznariana'

El sociólogo añade que a Ciudadanos “no se le puede hacer ningún reproche cuando apela a valores liberales. Por ejemplo, un valor central ha sido 'la igualdad de oportunidades' y la denuncia de ciertos privilegios (por ejemplo, territoriales). En ese sentido entroncaría con el liberalismo progresista de Macron. Las oportunidades son, en última instancia, de ciudadanos individuos”.

“Incluso hay poco que decir –añade-- a su invocación a un patriotismo constitucional, que pone el énfasis en los derechos de ciudadanía. Lo inquietante últimamente es que se desliza hacia premisas ajenas al liberalismo, más propias de un populismo conservador de factura más aznariana. En ese discurso hay también un pueblo homogéneo (‘solo veo españoles’) al que ‘otros’ hacen la vida imposible. Es un pueblo de ‘héroes anónimos”.

Invocaciones a recuperar la "dignidad" como pueblo, encarar el futuro con optimismo, "son propias del discurso sentimentaloide de los populismos". "Recuerdan a ‘vuestro odio, nuestra sonrisa’ de Podemos, o la ‘revolució dels somriures’ de los nacionalistas catalanes", afirma Klose.

Todo ello, concluye, aderezado con el "amor a España” de Marta Sánchez, que “responde aparentemente a un intento de arrebatar al PP el espacio y los ‘significantes’ que había hecho suyos, como la bandera, el himno, la selección, la mano dura con la delincuencia o la ocupación, la intransigencia con los separatistas”.

"Del nacionalismo al patriotismo"

Mucho más crítico con Rivera es Gabriel Colomé, doctor en Ciencia Política por la Universitat Autònoma de Barcelona y licenciado en Ciencias de la Información. Considera que “copia a Obama y se parece a José Antonio”.

En su opinión, Albert Rivera “intenta pasar del nacionalismo al patriotismo, pero no le sale. Debes tener dotes de liderazgo para ser creíble”.

Colomé bromea con el “concurso de oratoria” que ganó el presidente de Cs, lo cual "no significa que sea un líder de verdad". "Si lo fuera, haría un discurso diferente". A juicio del experto, "Rivera está construyendo una especie de operación Macron a la española". “Pero en Francia, la referencia es la República. Y en España, la bandera tiene connotaciones de bando vencedor. La izquierda abandonó la bandera en favor de la derecha”.

'Les citoyens', base del republicanismo

Colomé afirma que si Albert Rivera emulara realmente a Obama aseguraría que “no hay una España monárquica o una España republicana, o una España progresista o conservadora, solo una España de ciudadanos y ciudadanas”. Recuerda, en este sentido, que “la base del republicanismo son les citoyens”.

Sin embargo, el discurso del líder de la formación naranja “quedó rancio por la apelación al nacionalismo. En Estados Unidos no existe ese tema como tal. Todos cantan el himno y la bandera es la Unión. Para Rivera, la bandera es Unidad entre diferentes y centralismo. Obama habla de Unión entre iguales y federalismo”.

La asesora en comunicación Verónica Fumanal admite un giro en el discurso del dirigente de Cs. “Rivera es muy bueno en captar los nuevos estados de opinión. Supo abanderar la denuncia del caso 3%, pero según las encuestas, el asunto de la corrupción está amortizado y no se rentabiliza en votos. A pesar de lo que está ocurriendo en el PP, este domingo, en la intervención de Rivera no hubo apelaciones a la corrupción con la intensidad que se había hecho. Se centró en reivindicarse español sin complejos, exhibiendo la bandera española, algo que tampoco solía hacer en sus orígenes. ‘Cs es el único partido sin banderas’, decía la prensa. Eso ha cambiado”.

"Que no nos arrebaten nuestras banderas"

La explicación, según Fumanal, se basa en el hecho de que “en todas esas encuestas recientes hay un repunte de un nacionalismo español que hasta ahora no había aparecido. Pero creo que lo hace con un punto de modernidad que no se puede comparar al pasado que representa Rajoy”. La experta en comunicación recuerda las recientes palabras de la ministra y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal --“que no nos arrebaten nuestras banderas”—que van aluden al empuje de Rivera.

Niega que el discurso de este político evoque a José Antonio Primo de Rivera. “Asegurarlo es una forma de desacreditarle que no va a calar. Esto no es comparable a la casa de Pablo Iglesias”, indica Fumanal. Sí ve paralelismos con Obama pues “innovar en política es muy complicado y Estados Unidos nos lleva años de ventaja” aunque “patinó un poco al decir ‘no veo trabajadores o empresarios; veo españoles’". Fue, sin duda, la frase más criticada.