La CUP como razón de peso para no convocar elecciones. Junts per Catalunya maneja encuestas internas en las que, en contra de lo esperado, Carles Puigdemont no tiene el tirón suficiente para “subir nota” en una segunda vuelta electoral. Según ha podido saber Crónica Global, esos sondeos de intención de voto dan un descenso a ERC y JxCat, mientras que los antisistema se disparan.
Dicho de otra manera, la fuga del expresidente y la atención mediática en el ámbito internacional no garantizan un aumento de votos suficiente que permita a los socios independentistas soltar lastre definitivo de los antisistema. Al contrario, los cupaires despuntarían de forma clara en esas nuevas elecciones, siendo ellos –y no Puigdemont— quienes se erigieran en los garantes de las esencias separatistas, tras cinco meses de titubeos en la formación de gobierno.
Reforma de la ley de presidencia y del Govern
Este sondeo disuasorio se une a la presión de ERC y PDeCAT para que el expresidente desbloquee la situación y propicie un gobierno estable. Hasta hace poco, el entorno más próximo del expresidente se arrogaba el derecho a administrar sus tiempos y rechazaba cualquier intento del Estado de imponer candidatos y plazos. Pero en los últimos días han crecido las voces contrarias a desobedecer a la justicia, que ha prohibido la investidura a distancia de Puigdemont. El exalcalde de Girona tiene la última palabra y la dará este sábado, en una reunión con el grupo parlamentario de Junts per Catalunya en Berlín.
Previamente, el Parlamento catalán habrá aprobado la reforma de la ley de presidencia y del Govern, hecha a la medida de la investidura a distancia de Puigdemont. Una vía a la que los independentistas no renuncian, aunque son conscientes de que el Gobierno impugnará esa norma. Esos cambios legales se votan mañana en el pleno de la Cámara catalana, donde los independentistas aplicarán su rodillo para que salga adelante en lectura única, es decir, por la vía de urgencia. Lo harán a pesar del dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias, muy contundente respecto a la imposibilidad de que el futuro presidente de la Generalitat sea ungido de forma telemática.
Voto delegado
De momento, Elsa Artadi es el nombre que más suena como presidenta provisional, a la espera de que Puigdemont pueda autoinvestirse con esos cambios legales. Está libre de cargas penales y forma parte del núcleo duro del expresidente, pero no cuenta con el beneplácito de la CUP. Su perfil liberal no agrada a los antisistema. Pero mientras esté vigente el voto delegado que la Mesa del Parlament ha concedido a Puigdemont y Toni Comín, JxCat y ERC no tendrán que depender de los cupaires.
Ciudadanos presentó ayer un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en contra de esa delegación de voto. La formación naranja critica al Gobierno por no utilizar el recurso de inconstitucionalidad que permitiría suspender automáticamente ese voto telemático. Si no lo hace, tal como informó Crónica Global, es porque al Ejecutivo tampoco le interesa que haya elecciones. El riesgo es que Ciudadanos dé un nuevo revolcón a los populares tan grande como inoportuno en el momento de debilidad del Ejecutivo de Mariano Rajoy.