El barcelonés municipio de Sant Quirze del Vallès es el último de varios pueblos catalanes que han renombrado algunas calles y plazas como 1 d’Octubre, en recuerdo de la jornada del referéndum ilegal de independencia. En este caso, la calle Alfons XIII perderá su nomenclatura a favor del 1-O.
Girona, la capital de provincia, fue una de las primeras ciudades que incluyó el 1 de octubre en su nomenclátor. En ese caso, fue en lugar de la plaza de la Constitució. La medida salió adelante con los 11 votos de PDeCAT, ERC y la CUP. Lo mismo ocurrió en Les Borges Blanques (Lleida), donde la plaza de la Constitució también dejó paso a la plaza de l’1 d’Octubre.
De norte a sur
En Sant Julià de Ramis (Girona), el pueblo en el que tenía que votar inicialmente Carles Puigdemont el 1-O, siguieron los mismos pasos. Del mismo modo, en El Vendrell comenzó un proceso participativo para borrar al General Prim y darle una calle al referéndum ilegal. Y en Vilagrasseta, una pedanía del municipio de Montoliu de Segarra (Lleida), de 50 habitantes, una plaza se llama 1 d'Octubre
En El Palau d’Anglesola (Lleida), el ayuntamiento aprobó a finales de diciembre el cambio de nombre de la plaza d’Espanya por la del 1 d’Octubre, mientras que bautizó como Independència y República otras dos carentes de nomenclatura. Unos meses antes, fue Tortosa (Tarragona) la que quitó el nombre de Joaquim Bau de una plaza para dárselo a la jornada del referéndum.
200 personas
En Cervera (Lleida), el pueblo de los hermanos Álex y Marc Márquez, la calle Duque de Ahumada (fundador de la Guardia Civil) ha desaparecido para dar lugar a la calle 1 d’Octubre, tras un referéndum local “en protesta y como muestra de rechazo por la violencia ejercida por los agentes de la Guardia Civil y de la Policía del Estado”. Unos 200 vecinos de los 400 participantes (el censo es de 9.000 personas) eligieron esta opción.
Una última anécdota para el recuerdo: un hacker cambió en Google Maps el nombre de la plaza d'Espanya de Barcelona por la del 1 d'Octubre.