La lucha interna impide a los ‘indepes’ una alternativa a Puigdemont
El PDeCAT se resiste ante el nombre de Artadi, el núcleo del expresidente no quiere a Solsona y todos esperan la renuncia del líder de JxCat y Comín
5 abril, 2018 00:00La gestualidad se mantendrá unas pocas semanas más. El teatro es muy catalán, como decía Mourinho. Pero el bloque independentista está dispuesto a evitar unas nuevas elecciones. El problema es que la lucha interna impide presentar ya un candidato alternativo a Carles Puigdemont.
Las opciones comienzan a estar claras. La primera idea, que maduró justo después de las elecciones del 21D, se centra en la figura de Elsa Artadi. Es la favorita del núcleo que rodea a Puigdemont, de los diputados Quim Torra, Eduard Pujol o Aurora Madaula, todos capitaneados ideológicamente por el historiador Agustí Colomines.
Esquerra lo avala
Pero esa opción no es la del PDeCAT, que ha trabajado el terreno con intensidad en las últimas semanas, una labor sorda que podría dar resultados. La intención es presentar un candidato que procede del municipalismo, como Marc Solsona, alcalde de Mollerussa. Sin embargo, no es ese el deseo de ese círculo de diputados, independientes, que sueñan con la constitución de un nuevo partido, de frente amplio, al estilo Macron, que pudiera liderar Artadi, como representante de unas nuevas generaciones liberales e independentistas sin complejos.
Esa disputa es intensa, según las fuentes consultadas. Y se librará hasta el último momento, justo cuando se vaya despejando el resto de incógnitas. Esquerra Republicana lo observa con atención. La condición de los republicanos es que se constituya un nuevo ejecutivo, que se aleje por completo la posibilidad de unas nuevas elecciones, y se reequilibre todo con tacto e inteligencia. Es decir, que Esquerra tenga el mayor poder posible en ese nuevo gobierno.
Artadi, Solsona y un tercero
La primera incógnita es el futuro de Puigdemont. El bloque independentista, lejos de la retórica, da por hecho que la extradición desde Alemania se acabará produciendo y que ello comportará la pérdida de su condición de diputado. Previamente se seguirá jugando: intentar una delegación de voto para investir a Jordi Sànchez, aprovechando que una comisión de Naciones Unidas pide que se respeten sus derechos políticos. Y este mismo jueves se jugará con la delegación de voto de Puigdemont, en un nuevo pleno en el Parlament.
Y, cuando se aproxime el plazo, y en función de lo que ocurra con Puigdemont, Junts per Catalunya y Esquerra acabarán presentado un candidato posible para formar gobierno, que se dirimirá entre Artadi y Solsona, y un tercer nombre que acabará saliendo.
¿Ferran Mascarell?
Ese tercer nombre es un hombre (podría ser mujer) que ha sorprendido a todos, porque se trata más bien de un ofrecimiento. Es Ferran Mascarell, que no salió elegido en la lista de Junts per Catalunya, pero que con varias dimisiones podría ser diputado y aparecer como el político con experiencia que puede consensuar distintas posiciones. El otro que se ha presentado voluntario es Eduard Pujol, pero con pocas opciones, porque no convence a nadie y acaba de aterrizar en la política.
Lo que se tiene claro es que se debe formar gobierno. El independentismo percibe un enorme hartazgo en sus propias filas sobre las posibles elecciones simbólicas, sobre la gestualidad, y la pérdida de tiempo. Las imágenes de tristeza, de desolación casi, en el pleno que intentó investir a Jordi Turull marcaron un punto de inflexión.
El independentismo quiere gobernar y pasar página, lo que no equivale a renunciar al proyecto político. Artadi o Solsona esa es, en estos momentos, la disyuntiva.