Máxima presión de Iglesias para que los comunes entren en el Gobierno catalán
El líder de Podemos está detrás del llamamiento de Domènech a formar amplias mayorías “para echar a Rajoy”, dejar fuera de juego al PSOE y apuntalar la alcaldía de Colau
30 marzo, 2018 00:00Detrás de los diversos llamamientos de Xavier Domènech a formar un amplio frente común hay un nombre propio: Pablo Iglesias. Según ha podido saber Crónica Global, el líder de Podemos presiona a los comunes para que formen parte del futuro Gobierno catalán. La situación de bloqueo en la que se encuentra ahora la investidura, principalmente derivada de la división independentista, propia la búsqueda de fórmulas alternativas. Iglesias lo sabe y quiere aprovechar el enfrentamiento entre ERC y Junts per Catalunya para insistir en la idea de un gobierno progresista.
Ganar cuotas de poder en Cataluña haría ganar enteros a Podemos a nivel español, pues podría presentarse como la solución a un problema territorial que Mariano Rajoy no ha sabido resolver, al tiempo que deja fuera de juego al PSOE. La propuesta de un “gobierno de concentración” lanzada por el PSC no ha levantado excesivos entusiasmos en Ferraz. En paralelo, el apoyo socialista al artículo 155 de la Constitución ha convertido al partido liderado por Miquel Iceta en una especie de persona non grata para los independentistas. De ahí que en el PSC crezca el convencimiento de que los contactos entre los comunes y los secesionistas estén más avanzados de lo que parece, mientras que nadie del entorno de Junts per Catalunya y ERC se ha puesto en contacto con los socialistas.
La excelente relación entre Iglesias y Domènech
“Amplios consensos, sí. Pero también para echar a Rajoy”, fue el grito de guerra de Domènech durante la fallida sesión de investidura de Jordi Turull celebrada el pasado día 22. Desde entonces, el líder de Catalunya en Comú no ha parado de insistir en esa idea de las amplias mayorías ideológicas. Iglesias, con quien mantiene unas excelentes relaciones desde que ambos compartieron escaños en el Congreso, avala la idea y, sobre todo, que los comunes puedan entrar en el futuro gobierno de la Generalitat. Supondría un revulsivo para la nueva izquierda, que no sale bien parada en las encuestas electorales, mientras Ciudadanos se dispara.
A pesar de la presión de Iglesias, los comunes son realistas y saben que el lío interno que tienen los independentistas dificulta esa gran alianza. De momento, dicen en Junts per Catalunya, el presidenciable es Carles Puigdemont. Y cualquier candidato alternativo debe salir de sus filas. ERC no se atreve a dar el paso, pero explora el pacto con Catalunya en Comú. En las quinielas aparece Ernest Maragall, diputado independiente de los republicanos, como figura de consenso. Los comunes aseguran que nada saben de eso y que son los republicanos quienes hacen circular ese nombre. Fuentes de ERC no se atribuyen la autoría, mientras que JxCat hacen caso omiso.
El salvavidas de Colau
Junto al ámbito autonómico y nacional, la pinza formada por independentistas y comunes también solucionaría los problemas de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. La situación de debilidad en la que se encuentra la líder de Barcelona en Comú no solo convierte en casi imperativo el pacto con ERC, sino que obliga a la exactivista a atemperar sus enfrentamientos con Iglesias y Domènech. El control que Colau y su marido, Adrià Alemany, ejercían en la nueva confluencia de izquierdas no es tan férrea. Su guerra con ICV, su errática gestión municipal y, sobre todo, sus malas relaciones con Domènech e Iglesias, les ha hecho perder poder orgánico. Da fe de ello la presión de Iglesias para que Domènech sea el futuro secretario general de Podem para cerrar la guerra abierta desde 2014, que se saldó con las dimisiones de Gemma Ubasart y Albano Dante Fachín.
Iglesias, dicen, no se fía de Colau. De ahí que acudiera a Domènech para liderar la rama catalana de Podemos. Y le mantiene como candidato a pesar de las impugnaciones recibidas.