Carles Puigdemont no ha renunciado oficialmente a ser candidato. Así consta en el acta de la reunión de la Junta de Portavoces celebrada en el Parlament después de que el fugado expresidente anunciara que daba un paso al lado “temporalmente” para dejar sitio a Jordi Sànchez.
La poca transparencia con la que se está llevando a cabo este agónico proceso de investidura obliga extremar la atención sobre el vocabulario utilizado. Y la palabra “temporalmente” no pasó desapercibida para la oposición, que interrogó al presidente del Parlament, Roger Torrent, al respecto. “Todo el mundo sabe que Puigdemont ha dado un paso al lado”, respondió altivo. Pero cuando la portavoz del PSC, Eva Granados, insistió sobre la existencia de algún tipo de renuncia oficial, Torrent confesó que no.
Salvaguardar la figura del fugado
De ahí que, en los últimos días y ante la resistencia de la CUP a invertir a cualquier otro candidato que no sea el “presidente legítimo”, es decir, Carles Puigdemont, crezcan las sospechas respecto a una estrategia oculta de Junts per Catalunya, esto es, salvaguardar la figura del fugado e impulsar las reformas legales necesarias que permitan una investidura a distancia.
La maniobra parece descabellada, pero tiene su lógica si se tiene en cuenta que Puigdemont se resiste a dejar su escaño y que la renuncia de Jordi Sànchez, encarcelado en Soto del Real, da vía libre a un nuevo candidato que tampoco tiene el aval de los antisistema. Y en el supuesto de que Turull fuera investido, su mandato apunta a muy corto, pues se espera su inhabilitación a medio plazo, dadas las cargas judiciales que pesan sobre él.
Ley de Presidencia y del Govern
En efecto, mientras continúa el baile de candidatos, la Mesa del Parlament acaba de admitir a trámite la propuesta de Junts per Catalunya de reforma de la ley de Presidencia y del Govern para posibilitar una futura investidura telemática o por delegación. En concreto, JxCAT defienden que el candidato pueda defender su investidura por escrito "o por cualquier otro medio previsto" en el reglamento del Parlament. De prosperar esta iniciativa, también sería posible que todos los órganos del Govern pudieran "constituir, convocar, celebrar sus sesiones, adoptar acuerdos y remitir actas tanto de forma presencial como a distancia", según indica el texto de la propuesta. Dicho de otra manera, se daría luz verde a que Puigdemont dirigiera el Govern desde Bruselas.
Junts per Catalunya quiere que esos cambios legislativos se lleven a cabo por la vía de urgencia y por lectura única. Y ese fue precisamente el impedimento que pusieron los letrados del Parlament quienes, no obstante, sí ven factible esa reforma una vez se constituya el Parlament. Tanto Ciudadanos como PSC han anunciado que pedirán un dictamen al Consejo de Garantías Estatutarias aunque, como ya es habitual en las filas independentistas, ni las resoluciones de los letrados de la Cámara ni los dictámenes de este órgano encargado de velar por el ajuste de las leyes catalanas a la Constitución y el Estatuto son tomadas en cuenta.