Puigdemont quiere retrasar ahora la fecha de la investidura en contra de ERC
Torrent avisa a los convergentes que la sesión se celebrará con “plena normalidad” y aplaza el debate sobre el voto delegado
25 enero, 2018 11:46Junts per Catalunya y ERC han hecho extensivas sus diferencias a la Mesa del Parlament, donde ha discrepado sobre la fecha en la que se debe celebrar la sesión de investidura del futuro presidente de la Generalitat. Mientras los convergentes proponen el miércoles 31, los republicanos apuestan por el martes 30. Los motivos de JxC para posponer un día la sesión, pues se daba por hecho que se celebraría el martes.
Se sabe, eso sí, que la Mesa se reunirá el día 30 por la tarde para concretar el formato del Pleno de investidura, al que Carles Puigdemont se presenta como único candidato. Fuentes de la oposición consideran que retrasar el Pleno daría más margen de maniobra a Puigdemont para regresar. Una posibilidad que el dirigente independentista no descartó ayer, tras reunirse con el presidente del Parlament, Roger Torrent, en Bruselas. Lo cierto es que la tensión entre JxC y ERC ha sido palpable y, al término del encuentro mantenido hoy por Torrent con los grupos parlamentarios, el diputado Raül Romeva ha salido visiblemente molesto. La última palabra sobre la fecha de la investidura la tiene el presidente del Parlament, que la hará pública a lo largo del día de hoy. Los comunes se han posicionado a favor del día 30, mientras que el resto de grupos no tiene preferencia.
"Normalidad" y "gobernar desde el minuto uno"
Durante la reunión de la Mesa, Torrent (ERC) ha asegurado que este pleno se celebrará “con plena normalidad”. Un claro aviso a las pretensiones telemáticas de Puigdemont, a quien el propio Torrent avisó ayer de que es necesario "gobernar desde el minuto uno". Algo incompatible como ese ejecutivo a distancia que planteó el exalcalde de Girona.
Nada se ha dicho sobre el posible voto delegado que, a última hora, podría pedir Puigdemont para protagonizar una investidura a distancia que PP, PSC y Ciudadanos rechazan. También el Gobierno, dispuesto a impugnar la investidura.