El PDeCAT reúne hoy a sus bases en el Auditori Axa de la avenida Diagonal. El acto servirá para despedir a Artur Mas, que abandona la presidencia del partido. Pero también para que los nuevos convergentes se reafirmen ante el pulso de Carles Puigdemont, cada vez más solo. El político huido tiene previsto intervenir en el cónclave convergente por vía telemática. La misma con la que pretende gobernar Cataluña tras ser investido de la misma forma. El empecinamiento de Puigdemont ha tensado las relaciones con PDeCAT.
Crecido por los resultados electorales y por la influencia de su entorno más inmediato –Elsa Artadi, Jaume Clotet--, el exalcalde de Girona se empeña en ser investido porque, dice, es el presidente legítimo. Es decir, que se niega a dar paso a otros posibles candidatos, no ya de ERC, sino de su propio partido –Josep Rull, Jordi Turull, en libertad provisional--, enconando así las relaciones, hace tiempo deterioradas, con la coordinadora general de PDeCAT, Marta Pascal.
El gran reto de la dirigente será despedir con elegancia a Artur Mas, de quien el partido pretende soltar lastre desde hace meses. Concretamente desde el pasado agosto, cuando la propia Pascal le pidió que diera un paso al lado. El segundo en dos años, después de renunciar a la presidencia de la Generalitat por imperativo de la CUP. Desde entonces, los antisistema han marcado el paso al sucesor elegido a dedo por Mas, Carles Puigdemont, cuya deriva radical se ha saldado con una estrafalaria huida a Bruselas para eludir la acción de la justicia española.
Goteo de independentistas que abandonan
El goteo de dirigentes independentistas que han abandonado el barco esta semana pone en evidencia la radicalidad del exalcalde. Junto a Mas, los republicanos Carles Mundó y Carme Forcadell, y la candidata de JxCat Neus lloveras han decidido apartarse esta semana de la primera línea política, mientras que los presidentes de la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, respectivamente, han abjurado de su secesionismo unilateral ante los jueces. PDeCAT toma nota de esas espantadas a efectos de defender ante Puigdemont un soberanismo menos estridente y volcado en ampliar su base social.
Como lo cortés no quita lo valiente, el cónclave convergente pretende convertirse en una despedida de Mas, pero también en un acto de reafirmación del partidos, creado hace año y medio. A las penurias económicas se auguraban también electorales, pero contra todo pronóstico, Junts per Catalunya, la nueva marca creada para las elecciones del 21D, superó a ERC y reclama la presidencia del futuro gobierno catalán.
“Hemos salido adelante, hemos tenido un buen resultado electoral y Pascal ha logrado renovar el partido marcando un perfil territorial”, explican a Crónica Global fuentes del partido.
El papel de Ferran Bel
En concreto, se refieren a la ampliación de la ejecutiva acordada a finales de noviembre. Destacan la incorporación de Ferran Bel, alcalde de Tortosa (Tarragona) y diputado en el Congreso, considerado como “un negociador de primera”. Pero también subrayan el fichaje de Meritxell Ruiz, la exconsejera de Educación que plantó a Puigdemont por no estar de acuerdo con su unilateralidad independentista. Ruiz es la nueva responsable de Ámbitos Programáticos del partido. Un cargo relevante para la futura definición ideológica de PDeCAT, que todavía está pendiente.
Ferran Bel, que asume el área de Acción Política y Estrategia Municipal, se ha convertido en una pieza clave de PDeCAT ante las elecciones locales de 2019 que, tal como hoy se proclamará en el consell nacional, es uno de los retos más importantes que el partido asumirá a corto plazo. Si la formación acude bajo el nombre de JxCat o busca un nuevo nomenclátor es un debate que todavía está pendiente. “Tienen que pasar muchas cosas, la más importante, el proceso de investidura de Puigdemont”, precisan estas fuentes.
Lo que también tienen muy claro es que “sin el respaldo de PDeCAT, Puigdemont no sería candidato ahora a la presidencia de la Generalitat”. Hacen valer los quince candidatos de PDeCAT incluidos en las listas de JxCat, así como la intensa labor territorial realizada por un partido que, con la marcha de Artur Mas, rompe con un pasado manchado por los recortes y los casos de corrupción como el que este lunes quedará sentenciado. Se trata del caso Palau, relacionado con la presunta financiación irregular de CDC mediante el cobro de comisiones por obra pública.
Dicho de otra manera, PDeCAT recuerda a Puigdemont que sin el partido “no es nadie”.