Nace Bomberos por la convivencia, contra la política en el cuerpo

Nace Bomberos por la convivencia, una asociación contra el uso partidista del cuerpo. Un grupo de funcionarios autonómicos, de Bomberos de Barcelona y Aena ha lanzado un manifiesto contra los "símbolos partidistas" y por el "respeto a la pluralidad". El colectivo alza la voz tras la participación de profesionales uniformados en manifestaciones por la independencia en Cataluña.

Según el manifiesto, al que ha podido acceder Crónica Global, los miembros "deben preservar su identidad respetando la pluralidad interna y social, el libre espíritu crítico, ejerciendo su autonomía ante la injerencia de agentes externos".

Además, los firmantes, que pertenecen a las dotaciones de las dos Administraciones y el gestor aeroportuario, recuerdan que "defienden a toda la sociedad catalana por igual, más si cabe a los más vulnerables, siempre buscando el interés colectivo por encima del individual y el partidista".

Recados al Govern y las "entidades"

Con estos principios, los firmantes mandan un doble recado. Por un lado, exigen a la Administración que deje de "azuzar y consentir esta escalada de manifestaciones colectivas cuyo único resultado es el daño sobre la convivencia".

Ello debería significar el fin del "uso de símbolos partidistas en los parques y los vehículos, la inyección de recursos públicos (vehículos, instalaciones o equipos de protección individual) para manifestaciones y que nadie se apropie del nombre y la imagen de los bomberos para tomar partido en un conflicto que, aunque legítimo, divide a la sociedad".

Por el otro, los impulsores se acuerdan de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural cuando instan a las "entidades sociales" a "dejar de utilizar" su imagen "con fines partidistas".

Presencia constante

Bomberos por la convivencia nace tras la presencia constante de efectivos antincendios en las últimas manifestaciones proindependencia.

El colectivo protagonizó una acción a favor del referéndum ilegal de secesión del pasado 1 de octubre en el Museo de Historia de Cataluña. Inmediatamente después, se sumó a la manifestación estudiantil que también pedía la celebración de la consulta ilícita.

Durante la jornada de votación, grupos de matafuegos se interpusieron entre activistas prorreferéndum y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Por último, algunos funcionarios participaron en el llamado paro de país que impulsó Òmnium Cultural con sindicatos y patronales minoritarias el 3 de octubre, en protesta por la intervención policial de dos días antes.