La primera selectividad de Baleares con exámenes en castellano llega envuelta en polémica
Por primera vez, los alumnos podrán escoger el idioma de los enunciados, lo que ha suscitado la inmediata reacción de los sectores del profesorado más próximos al nacionalismo
6 junio, 2017 00:00Las pruebas de selectividad llegan este martes cargadas de polémica en Baleares. Por primera vez, los alumnos podrán escoger el idioma —castellano o catalán— en que desean que estén escritos los enunciados de los exámenes, lo que ha suscitado la inmediata reacción de los sectores del profesorado más próximos a las posturas nacionalistas de las islas.
Hasta el año pasado, los estudiantes matriculados en las Pruebas de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PBAU) debían examinarse en lengua catalana y, en caso de no entender algún concepto, podían consultar una copia en castellano que para ello había disponible en cada aula. Las respuestas, eso sí, podían redactarse en el idioma que el alumno prefiriese.
Los exámenes en castellano deben ser solicitados
Desde hoy, tal y como han informado fuentes de la Universitat de les Illes Balears (UIB) a Crónica Global, los exámenes se entregarán en catalán y “si hay algún alumno que así lo solicita, se le facilitará una versión traducida al castellano”. “Los cambios son mínimos respecto a convocatorias anteriores”, alegan desde la institución educativa, que aclara que un 80% de los estudiantes “suele responder en catalán”.
El acuerdo parte de las conversaciones mantenidas en los últimos meses entre Ministerio de Educación, el Govern balear y la UIB.
Sin embargo, el rechazo a esta medida no se ha hecho esperar: hasta cuatro vocales del tribunal que debe evaluar las pruebas han renunciado a ejercer esta labor en esta convocatoria al recriminar que tanto la UIB como la Consejería de Educación y Universidad “se han doblegado a las presiones del Gobierno de Rajoy y de C’s”, partido que ya el año pasado reclamó que las pruebas pudieran también entregarse en castellano.
Críticas a la medida
De hecho, en una carta remitida al secretario de la comisión organizadora de la selectividad, los cuatro renunciantes recriminan que el cambio introducido “convierte la lengua propia de Baleares, como así establecen el Estatuto de Autonomía y los estatutos de la UIB, el catalán, en una lengua folclórica, accesoria y prescindible”.
Los cuatro profesores, entre quienes se encuentra Jaume Sastre, quien llevó a cabo en 2014 una protesta por las políticas lingüísticas del Gobierno balear presidido entonces por José Ramón Bauzá (PP), aseveran en su misiva que desde 1985, año en que fueron aprobados los estatutos de la Universitat, y 1998, cuando las islas asumieron las competencias en materia educativa, “no se había visto una reculada como esta en el uso de la lengua catalana en las pruebas de selectividad”.
“Ni siquiera durante el cuatrienio negro del Govern de Bauzá”, aseveran en alusión a una legislatura (2011-15) en la que el Ejecutivo autonómico impulsó el trilingüismo en las aulas mediante el decreto para el tratamiento integrado de lenguas (TIL).
"Fobia y odio hacia el catalán"
Los firmantes concluyen su carta lamentando que los máximos responsables de la UIB “no tan sólo no fomentan ni normalizan el uso del catalán en su ámbito”, sino que “han creado un problema que no existía antes”. Por ello, critican que los cambios implementados este año “no tienen otra explicación que la fobia y el odio hacia la lengua propia de Baleares, el catalán”.
Los cuatro vocales han recibido además el apoyo de diversas entidades de Baleares, entre ellas la Asamblea Soberanista de Mallorca, que califican de “escarnio” que tanto la UIB como el Govern balear hayan “agachado la cabeza” ante “las exigencias del partido españolista y antimallorquín Ciudadanos”. La entidad reclama una rectificación “inmediata” respecto a las nuevas medidas introducidas en la selectividad y se impulsen “medidas tangibles y visibles de apoyo al catalán”.
Con el actual tripartido al frente del Ejecutivo balear, formado por PSOE y MÉS con el apoyo externo de Podemos, la lengua catalana ha vuelto a convertirse en requisito para acceder a la función pública, por lo que su conocimiento oral y escrito es obligatorio para optar a una plaza en la Administración.