Ardanuy: “Los comunes actúan ante el referéndum con la ambigüedad de la CiU de los 90”
El concejal no adscrito descarta su candidatura en las próximas elecciones, en las que su grupo pretende posicionarse entre ERC y el PDeCAT
1 junio, 2017 00:00Se define a sí mismo como “el hombre orquesta del Ayuntamiento de Barcelona” y es habitual verle correr por los pasillos del consistorio. El concejal no adscrito Gerard Ardanuy (Demòcrates de Catalunya) está solo, no recibe ni un euro del presupuesto municipal y todavía no tiene un secretario que le ayude porque el Gobierno de los comunes se lo bloquea: no permite que la persona elegida tras un proceso de selección se una a su equipo.
El grupo de Ardanuy nació en junio de 2015 y hace tan solo dos meses que se separó del grupo Demòcrata —la antigua CiU— a nivel municipal para seguir su camino en solitario. Se declara abiertamente a favor del procés y critica la ambigüedad con la que el equipo de Ada Colau se posiciona sobre la independencia de Cataluña.
“Pujolismo' clamoroso”
En su opinión, los comunes no saben ni qué papel han de adoptar ante un hipotético referéndum. “Hacen de CiU de los viejos tiempos, de los años 90, con una ambigüedad absoluta. Es de un pujolismo clamoroso”, ha asegurado este miércoles, 31 de mayo, en los desayunos de Crónica Global.
El concejal no adscrito censura, también, el argumento adoptado por el Gobierno sobre la remunicipalización, en el que defiende la idea de que cualquier servicio llevado por funcionarios será mejor que uno operado por empresas privadas. “Eloi Badia vende el mensaje de ‘Nosotros, contra los poderosos’; cuando en realidad es ‘Nosotros ofrecemos un servicio mejor”, apunta.
Se trata, en su opinión, de un debate artificial que realmente no interesa a los barceloneses —“Nadie habla de la remunicipalización cuando va a tomar un café”— y recuerda que las encuestas sitúan el nivel de satisfacción de vivir en Barcelona en un 80% por el orgullo hacia la ciudad, gobierne quien gobierne.
Gerard Ardanuy (Demòcrates de Catalunya) en la redacción de 'Crónica Global' / CG
Preguntado por la presunta corrupción en las obras de la plaza de las Glòries, sostiene que no hubo mala práctica y que la UTE (unión temporal de empresas) constructora ha realizado un trabajo perfecto hasta la fecha. Apoya la rescisión del contrato, pero a cambio de un pacto con una empresa, y alerta del retraso significativo que puede conllevar la judicialización del caso. “En este asunto, Janet Sanz ha levantado una polvareda muy fea, parece que estén parando las obras por corrupción y no es así”.
Lucha difícil
Las encuestas sitúan a Ada Colau como alcaldesa, de nuevo, si se celebraran unas elecciones municipales hoy, y a la ERC de Alfred Bosch como segunda fuerza con 8 escaños, tres más de los que tiene ahora. “Ella se queda igual. Lo que me extraña es que ERC no suba más”, opina Ardanuy, a quien los resultados no le tratan demasiado bien y auguran una desaparición de su grupo.
Es consciente de que la lucha por la alcaldía se complica para un llanero solitario como él, pero no recula: su objetivo es ganar 30.000 votos y conseguir dos o tres concejales. “Queremos postularnos como el partido que se sitúa a caballo entre ERC y PDeCAT”, dice, y explica que el problema es que su elector —pretende llegar a los menores de 45 años— no lo sabe. “Todos los grupos están pensando ya en la campaña. Nosotros haremos campaña para sobrevivir”.
No será él quien se presente a las próximas elecciones, probablemente. Demòcrates de Catalunya planteará una búsqueda de un candidato que no esté vinculado a grandes partidos. “No queremos un Santi Vila. Queremos a alguien que rompa los esquemas de todo”.
Desmantelamiento del PDeCAT
De sus excompañeros del PDeCAT opina que se encuentran en retroceso, “en un desmantelamiento absoluto”, y que sus votantes tienen más de 50 años. Según el concejal no adscrito, se presente quien se presente, no será la opción ganadora.
Apuesta firme y ciegamente por la celebración de un referéndum en Cataluña y veta con rotundidad unas elecciones autonómicas si el resultado de la consulta soberanista es sí. Y si es que no, “pues game over”. La tercera vía, en su opinión, “ha sido triturada por la realidad”. La gente está cansada de ambigüedades.