El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha ofrecido este viernes, 19 de mayo, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, negociar el referéndum y, si hay un "acuerdo", llevar este pacto al Congreso y al Parlament para que estas cámaras avalen o no el pacto.
Lo ha dicho antes de asistir como público al acto central del Pacto Nacional por el Referéndum, después de que este viernes la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, le haya invitado a defender la propuesta de referéndum en el Congreso.
Así, el presidente catalán quiere primero un acuerdo sobre el referéndum con el Gobierno central y luego ir a las cámaras legislativas: "El Govern está dispuesto a negociar el referéndum con el Gobierno. En caso de llegar a un acuerdo, los dos gobiernos lo someterán a los respectivos parlamentos".
La invitación del Gobierno a Puigdemont ha provocado la reacción del resto de partidos políticos. El portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa, cree que Puigdemont debería aceptar la oferta para explicar el referéndum y "aceptar el resultado" del debate que se produzca entre todos los grupos.
"Es más de monólogos"
En su opinión, el presidente catalán "no es mucho de debatir, sino que es más de monólogos y decir la suya", como demuestra la conferencia que dará el lunes en la Caja de Música de Madrid junto al vicepresidente, Oriol Junqueras, y el consejero de Asuntos Exteriores, Raül Romeva.
El secretario general de Podem Catalunya, Albano Dante Fachín, también cree que el dirigente convergente debería acudir "lo antes posible" al Congreso. Lamenta que la propuesta "llegue tarde", pero insiste en pedir a Puigdemont que utilice todas las ágoras posibles para dar conocer la necesidad política, social y democrática del derecho a decidir del pueblo de Cataluña.
El secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, ha instado a Puigdemont a aceptar la oferta del Gobierno "si tiene realmente voluntad de negociar" y ha advertido de que la vía unilateral que el Govern iniciará si no hay acuerdo es un "camino condenado al fracaso, que ya ha comportado consecuencias jurídicas", y por ello ve necesario transitar por la senda del diálogo.