Hace meses que las encuestas de intención de voto dan como ganadora a ERC en las futuras elecciones catalanas. Pero PDECat no piensa quedarse de brazos cruzados. La nueva Convergència cotiza a la baja, pero sus actuales dirigentes se niegan a arrojar la toalla. Tras unos primeros momentos de desánimo, PDECat quiere pasar a la acción. “Ya no tenemos que demostrar que somos independentistas, es hora de marcar perfil ideológico”, aseguran dirigentes de este partido.
Si hasta ahora los convergentes habían intentado tapar las diferencias ideológicas que les separan con los republicanos --liberales los primeros, de izquierdas los segundos-- en aras a la unidad secesionista, PDECat se prepara para pedir con mayor frecuencia la libertad de voto en el Parlamento catalán, donde ambas formaciones comparten grupo parlamentario.
No a la desobediencia
A pesar de formar coalición en Junts pel Sí, PDECat y ERC han votado diferente en varias ocasiones en la Cámara catalana, como ocurrió en el debate sobre el tratado de libre comercio TTIP, las subvenciones a las escuelas de elite y la memoria histórica. Por parte de los convergentes, existe la voluntad de seguir haciéndolo y de forma más ostensible. El tiempo dirá si esta posición de desmarque de ERC se hace extensiva al proceso secesionista donde los dirigentes de PDCat no están dispuestos a incurrir en los actos de desobediencia que exige la CUP.
No obstante, la nueva estrategia del partido todavía liderado por Artur Mas va más allá de unas elecciones catalanas que podrían celebrarse antes de que finalice el año. Queda descartada una nueva lista conjunta entre ambas formaciones y si, como dicen los sondeos, gana ERC, “nos podría necesitar para formar una mayoría independentista, pero a lo mejor no nos interesa”, explica una fuente convergente.
La reflexión suena a rabieta de perdedor --ni siquiera saben todavía quién será el candidato, ¿Carles Puigdemont, Neus Munté, Artur Mas?--, pero los sectores de PDECat saben que ERC también deberá tomar decisiones importantes, pues una parte de los republicanos, la que representan Oriol Junqueras y Marta Rovira, desearían volver a pactar con PDECat, mientras que otros dirigentes apuestan ya por una alianza de izquierdas con los comunes. Pero los convergentes saben que, para mantenerse firmes en sus exigencias, deben romper definitivamente con la corrupción del 3% que salpica a la vieja guardia convergente. “Y en ello estamos”, afirman, recordando que su coordinadora, Marta Pascal, ha sido muy clara en este sentido. Y si bien la figura de Artur Mas, presidente del partido, es más o menos tolerada, las injerencias de Francesc Homs comienzan a ser demasiado molestas.