El 'conseller' de Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva.

El 'conseller' de Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva.

Política

Romeva podría ser president con el apoyo de la CUP

La CUP vuelve a recalcar que no votará a Mas en la investidura. Si no hay mayoría absoluta de Junts pel sí, y según los resultados del 27S, no está claro que el líder de CDC repita en el cargo

8 septiembre, 2015 21:17

Artur Mas podría ser desalojado de la presidencia de la Generalitat tras el 27S aun en caso de victoria independentista por mayoría absoluta. Este es un escenario a primera vista sorprendente. Pero en absoluto imposible, si los resultados de la noche electoral convierten en decisivos los escaños de la CUP, y si el partido mantiene su promesa de no hacer president a Mas. Una promesa que no dejan de reiterar.

"No vamos a votar ni a investir a Artur Mas". Así de claro se ha mostrado este martes el candidato del la CUP al 27S, Antonio Baños, en el primer debate de candidatos para las elecciones catalanas. La mayor parte de las encuestas -excepto la de La Razón- pronostican una mayoría absoluta de diputados independentistas tras el 27S. Pero sumando a los representantes de la CUP, porque Junts pel sí no llegaría a la cifra mágica de 68 escaños -excepto para la encuesta de El Punt-Avui-.

La CUP, imprescindible sin mayoría absoluta

Si finalmente no suma mayoría absoluta, Junts pel sí necesita obligatoriamente el apoyo de la CUP para llevar a cabo su programa independentista. Y estos ya lo han asegurado. Además de proclamar repetidamente -para ahuyentar un posible 'voto útil' independentista- que "no fallaremos" al procés, su programa especifica que "garantizará las mayorías necesarias en el Parlament" para llevar a cabo su propia hoja de ruta independentista. Una hoja de ruta que no es exactamente igual que la de CDC y ERC, ya que contempla sí o sí una declaración unilateral de independencia, y un "programa de emergencia social" netamente de izquierdas. Pero en los planes de Junts pel sí también hay un giro a la izquierda, y la independencia -unilateral si es necesario- se contempla en un máximo de 18 meses.

Muy diferente es la cuestión de la investidura. Si sus votos son necesarios para elegir a un president independentista, y dando por hecho de que no irán para Mas, la CUP tiene dos opciones principales. Puede bloquear la investidura indefinidamente, y forzar nuevas elecciones. O puede castigar a Mas por su política de recortes -Baños señaló en agosto que investirlo significaba avalarlos- y permitir que sea president otro candidato de Junts pel sí. Presumiblemente, Romeva, un hombre que proviene de la izquierda (ICV) y que, de hecho, es el cabeza de lista. En este sentido, hay que recordar que el propio Romeva ya se postuló como president -luego rectificó- apenas ser designado para encabezar nominalmente la candidatura.

La posibilidad de la abstención

Aritméticamente, también existe la opción de que Mas pueda ser investido en segunda ronda, por mayoría simple, solo con los votos de Junts pel sí, la abstención de la CUP y el voto en contra del resto de partidos. Aunque para la CUP esto significaría traicionar el espíritu -y casi la letra- de su promesa de "no investir" a Mas.

También cabe la posibilidad de que Mas obtenga en la investidura el apoyo algún partido no independentista -PSC o UDC aparecen como los candidatos más plausibles-. Pero con toda seguridad el precio a pagar serían renuncias a la "hoja de ruta" hacia la secesión. Que serían inaceptables y vistas como una traición para los votantes de CDC y ERC, y para el entorno independentista en general.