Política

Independentistas 'folclóricos' venden una Cataluña "moderna y progresista"

Juanjo Puigcorbé, Karmele Marchante, la monja Lucía Caram y Antonio Baños tratan de convencer a los castellanohablantes de que pierdan el "miedo" a la secesión

10 agosto, 2015 21:39

Una Cataluña independiente tendría las pensiones "mucho más garantizadas que en el Estado español", sería "más solidaria que nunca" con otros países, tendría "un sistema económico" que a diferencia del español pondría "en el centro a las personas", y se libraría de las estructuras económicas "del siglo XIX o del franquismo, como hay en España".

Estas son las promesas que cuatro de las estrellas mediáticas del independentismo catalán más folclórico presentan en un vídeo que este lunes ha lanzado la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural -a través de Ara és l'hora-, titulado "Pensiones y Estado del bienestar". En concreto, sus protagonistas son el actor Juanjo Puigcorbé, la periodista de la prensa rosa Karmele Marchante, la monja Lucía Caram y el periodista y candidato de la CUP Antonio Baños.

Todas las conversaciones exclusivamente en castellano

El formato del vídeo emula una conocida campaña publicitara del Banco de Sabadell, donde varios personajes dialogan sobre diferentes temas sociales.

A lo largo de más de diez minutos, los cuatro personajes tratan de vender las supuestas bondades de la secesión, para convencer a los indecisos de cara al 27S. Y, sorprendentemente, las conversaciones se producen íntegramente en castellano.

"Yo vinculo mucho la idea de la independencia a la idea de tener una jubilación"

Los diálogos sobre economía alcanzan extremos insólitos, especialmente en boca de personajes tan variopintos. "Habría que quitar el miedo a la gente de pensar que, como se dice por alguna gente contraria a la independencia, una Cataluña independiente no garantizaría el cobro de las pensiones. Eso es mentira, es una canallada, es deshonesto y no es verdad. Estarían mucho más garantizadas que en el Estado español", señala Puigcorbé.

A lo que añade Marchante: "Todas esas mentiras, todas esas cosas burdas, que no son verdad, que es imposible que eso sea así. Somos la Comunidad que más dinero ingresa pero que menos dinero revierte para educación, sanidad, jubilaciones ni para nada".

"Yo entiendo que la gente que cobra pensiones esté muy preocupada. Si todo sigue igual, no hace falta que pensemos en la jubilación porque no la vamos a tener. Yo vinculo mucho la idea de la independencia a la idea de tener una jubilación. Si no se mueve nada, creo que mi generación no va a tener ni siquiera la oportunidad de ser un jubilado", señala Baños.

Objetivo: quitar el "miedo" a las secesión

En otro momento, se insiste en que no hay que tener "miedo" a la secesión. Caram reclama "un país que sea libre, soberano e independiente para poder vivir en paz", y asegura que "en Cataluña, la fe y la pasión por un pueblo y por un deseo de libertad es lo que nos hace avanzar. Pero advierte: "¿Qué es lo que han conseguido? Meter el miedo, y el miedo es paralizante. No nos deja avanzar. Nos ponen miedo de que el bolsillo se vaciará".

En ese sentido, Baños insiste en que el cambio "no debe dar miedo" porque "lo que genera es esperanza". "El que tiene mucho que perder nunca quiere cambiar", remacha.

La Cataluña "moderna y progresista" frente a la España "franquista"

El diálogo evoluciona hacia el discurso de que Cataluña es moderna y progresista, mientras el resto de España es cutre, retrasada y antidemocrática. "Nosotros, la sociedad civil catalana, es una sociedad progresista, avanzada y no tiene por qué estar sujeta a algo que se creó en el franquismo, que está atado y bien atado y que parece muy difícil de romper", señala Puigcorbé.

Y Baños le corresponde: "Si nosotros lo que estamos haciendo es crear nuevas estructuras de control económico, nuevas, del siglo XXI y no del siglo XIX o del franquismo, como hay en España, eso es bueno, [...] no tal como está pensada la Constitución del 78.

Cataluña, la más solidaria; Madrid, "un fondo de buitres"

Caram señala que "cuando Cataluña tenga sus propios recursos y los administre, será más solidaria que nunca, porque en Cataluña late un sentimiento de justicia". "Yo, trabajando en temas sociales, nunca he encontrado tanta solidaridad como la he encontrado en Cataluña. Estamos trabajando contra la pobreza infantil y lo estamos haciendo desde Cataluña para todo el territorio español. Y no hay ningún tipo de problema en repartir y en compartir", añade.

Y Marchante apostilla: "Cuando seamos una nación que manejemos nuestros propios recursos, tenemos la suficiente solidaridad y generosidad como para poder ayudar a otros países que lo necesiten de verdad, no ser un fondo de buitres y tener el modelo que se está teniendo en Madrid".

Llamamiento a la "unidad" de castellanohablantes y catalanohablantes

La conversación continúa tratando de asociar la independencia a un mundo idílico. Así, tras la supuesta secesión, Caram espera "hacer un mundo mejor" y convertir a Cataluña en "hermana y fraterna con otros países y con otros pueblos" porque está "enamorada de la humanidad" y pretende "no tener fronteras".

Marchante, por su parte, hace un canto a la unidad: "Se tiene que luchar por la unión de las personas castellanoparlantes y catalanoparlantes, del origen que sea. Hay que ir hacia una unidad porque el objetivo de la unidad es lo que nos hará libres, fuertes económica, social y espiritualmente, y fuertes en felicidad".

"Yo estoy por la desobediencia civil"

Sin embargo, también hay algunos mensajes más contundentes. Por una parte, la "solidaridad" parece que estará bastante limitada en la Cataluña independiente porque, según Baños, "estamos viviendo aquí y viviendo juntos; lo que tenemos es que construir leyes, instituciones, maneras de repartir la riqueza que sean -más allá de los sentimientos- entre nosotros, entre los que vivimos aquí".

Además, Caram carga contra "el Estado español" porque "han pretendido hacernos creer que éramos menores de edad y que teníamos que vivir sometidos". "Creo que tenemos que dar alas a nuestra sed de libertad, a nuestra convicción y al modelo de país con el que estamos soñando", insiste.

Y Marchante va aún más allá: "Yo estoy por la desobediencia civil, lo siento muchísimo, es decir, arriesgarme no, implicarme; y que las cosas se vean y se puedan vivir de otra manera, y desobediencia civil si no nos dan lo que pedimos, que es nuestro".