Una nota para Alberto. ¿Será una carta de amor?

Una nota para Alberto. ¿Será una carta de amor?

Política

¿Ménage à trois entre Alberto Garzón, Albert Rivera y Miquel Iceta?

14 mayo, 2015 01:24

Joan Herrera está triste. ¿Qué le pasa a Joan Herrera? Que está intranquilo. Que teme que su 'amorcito' de toda la vida le dé el salto. Que ha llegado un nuevo sex symbol al área metropolitana y no ve claro que su pareja no prefiera buscar nuevos horizontes. Y aprovechó la visita del 'macho-alfa' de la progresía madrileña, Alberto Garzón, para dejar claro que para buen 'amante', él. Que para eso hace salud y deporte cada día mientras predica la buena nueva del prusés. Siempre que no esté en el área metropolitana, claro. Entonces molan más los temas sociales.

El 'bello' Alberto fue testigo de la 'carta de amor' que el bueno de Joan le lanzó a los socialistas. A ese Miquel Iceta esquivo que puede estar deshojando la margarita entre seguir con él o festejar con otro Alberto. En este caso Albert. El de Chiutadans. El que según Joan Josep Nuet "está al lado de los ricos, sin que lo parezca". El mismo Nuet al que se le rebotan los militantes en comarcas entre "catalufos" y "Cacaluña".

Love is in the air

Porque Herrera lo tiene claro. En Hospitalet y en el resto del área metropolitana "hay un riesgo". ¿Qué riesgo hay, corazón loco, cuéntanos tus temores? Y Joan va, y sigue con sus cuitas: "La gente del movimiento vecinal, la gente que se ha movilizado en Bellvitge para que no quiten camas de hospital tiene un riesgo".

Venga Joan, saca todo lo que llevas dentro, no te dejes nada: "El riesgo es que las coaliciones de gobierno sean de PSC y Ciudadanos". Cherchez la femme. En este caso el Albert, que no el Alberto. ¡Pobre Joan, que teme que los veletas alcaldes socialistas prefieran al bello Albert Chiutadà en vez del bello Red Alberto! El amor es tan voluble cuando está la vara consistorial de por medio...

Miquel, no me seas infiel

Y sigue: "A estos socialistas que les cuesta tanto ser de izquierdas. Que cuando influimos son de izquierdas y cuando no influimos privatizan el agua en el área metropolitana de mano de Convergència. ¿Qué harán si influye Ciutadans?". Joan, nos pones el corazón en un puño. Dinos, dinos, dinos qué harán, qué harán, qué harán...

"Dirán que son de izquierdas y harán políticas de derechas. Esto es lo que harán los socialistas. Y este riesgo necesita de una respuesta". ¿Cuál? ¿Cuál? ¿Cuál? "Ayudadnos a decir a la gente decepcionada con el PSC, con una socialdemocracia que no ha plantado cara y no ha defendido la justicia social, que pueden abandonar a los socialistas, pero no sus valores".

Queda claro. Para evitar que Iceta os ponga los cuernos con C's lo mejor es que la gente os vote directamente a vosotros. El mensaje igual no llegó a la calle Nicaragua, pero en la sede de Ciudadanos de Hospitalet, situada a cincuenta metros del mitin ecosocialista, no es que silbaran los oídos, es que parecía un concierto de pito de una coral de cien árbitros de fútbol.

Solo faltó SCC

No faltó el discurso de defensa de Herrera de la inmersión lingüística, que curiosamente lo dio en castellano, tras haber iniciado su mitin en catalán, y continuar en esta misma lengua tras acabar su arrebato pro-inmersión. Se ve que temía que los defensores de la misma en Hospitalet no entendieran su vigoroso apoyo al sistema de educación monolingüe.

Por supuesto, le reprochó a Ciudadanos que "mucho sacar banderas en el Parlamento, pero poco hablar de los derechos de los trabajadores". Solo faltó cargar contra otra de las bestias negras de Iniciativa, Societat Civil Catalana, para que Dolors Camats le hubiera dado un caramelito al regresar a la sede central de la formación.

Poli bueno y poli mejor

Y si Joan Herrera se guardó el papel de poli bueno para desenmascarar a Ciudadanos, que ya recibe más palos que una estera sin gobernar una comunidad de vecinos, a Alberto Garzón le guardaron el papel estelar para los telediarios, la de dar estera al PP, al que bautizó como "el Partido Podrido, porque no es que tenga manzanas podridas, todo el cesto lo está".

Y Garzón siguió en su papel de poli justiciero pidiendo a los trescientos asistentes y a las diez cámaras de televisión que "podéis echar a la derecha económica y política de nuestras vidas, del gobierno de nuestras ciudades". No faltó la indispensable referencia a Bárcenas, un mega-hit triunfal en cualquier mitin. Aplausos, cánticos para levantar el ánimo, y a seguir esperando una revolución que nunca llegará en bicicleta.