La desesperación empuja a Mas contra UDC
La desesperación preelectoral de Mas explica el insólito e innecesario enfrentamiento público con UDC, con la voluntad de denigrar a Duran i Lleida. CiU tiene fecha de caducidad. Mas quiere encontrar votos bajo las piedras. El lirismo independentista ha sido sustituido por el maquiavelismo de poca monta. Pero el secesionismo se aleja más y más de una mayoría de escaños al Parlamento autonómico.
13 febrero, 2015 02:39La expectativa de voto independentista está estancada en las encuestas. A día de hoy, el secesionismo no puede esperar alcanzar una mayoría de escaños en el Parlamento autonómico. Paradójicamente, es esta mala situación la que ha provocado el enfrentamiento de CDC contra UDC.
Hay dos datos relativos a las malas expectativas electorales de CDC que determinan la coyuntura política, según me informan con detalle dos fuentes de la propia CDC.
Malas expectativas de voto
Una fue obligar al Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalidad a que no diera estimaciones de voto en su última gran encuesta, a pesar de tenerlas.
La otra consiste en la singular provocación de CDC contra UDC, respecto a una votación nada decisiva en el Parlamento español. CDC quería ver si escorándose aún más hacia el independentismo radical podía recoger voto de ERC. Mas está desesperado por el estancamiento o la disminución de su voto potencial.
La encuesta mutilada del CEO
Las fuentes me cuentan que la última encuesta del CEO desquició a Mas. CDC quedaba detrás de ERC, pero mano a mano y con leves oscilaciones. La suma de los dos partidos independentistas se situaba en torno a los 60 escaños, sin nunca alcanzar la mayoría absoluta. El voto de ERC parecía más estable que el de CDC, si bien quedaba claro que los republicanos habían llegado a su techo.
Desde ese resultado, CDC ha ido efectuando encuestas telefónicas constantemente. Suelen usar muestras de 500 personas -muy eventualmente de un millar- e intenta encontrar pequeños pero reveladores cambios de expectativa de voto. En estos momentos sus resultados determinan la política de Mas. La gestión de la Generalidad es nula. Si hay algún movimiento, tal como tener la osadía de querer hacer creer que la sanidad pública no está destrozada, también es por razones solo electorales. Este último tema ya fue expuesto aquí.
Del radicalismo a más radicalismo
Al ver que no había manera de coger voto a ERC, Mas optó por la inefable operación consistente en provocar un enfrentamiento con UDC. Creyó que así podría coger voto a ERC, pero hoy ya parece que no lo ha conseguido. Sin embargo, habrá que esperar unos días más para constatarlo por completo.
En términos militares, CDC ha hecho una "salida" de su sitiado cuartel, para constatar la reacción del enemigo. ERC lo ha entendido así, lo que aún ha incrementado el rechazo visceral de Junqueras en relación a Mas. Esto ya no es ningún secreto.
Cada vez más, CDC y ERC obligan a recordar al mitológico Saturno que se comió a sus propios hijos. La "pintura negra" de Goya que lo describe es una maravilla y un gran drama. Esta y una obra de Rubens con el mismo tema son dos de las muchas maravillas del Museo del Prado.
CDC y ERC, partidos suplementarios
CDC y ERC no son dos partidos complementarios que tienen la secesión como objetivo común. Al contrario: son dos partidos suplementarios que sólo quieren el poder por el poder, olvidando por completo la dramática situación social y los deseos más elementales de la ciudadanía. Si se toma este análisis como cierto, todo cuadra.
Estando en una situación desesperada, a CDC se le ocurrió provocar un enfrentamiento innecesario e inesperado con UDC. Un enfrentamiento que no tendrá ningún efecto, ni el buscar de dar una imagen más radical -por tanto más competitiva con ERC- de CDC.
Maquiavelismo barato
Al ser informado me costó entenderlo, por maquiavélico, de un maquiavelismo de poca monta. Todo ello presagia una campaña electoral sucia y de bajo nivel, si bien aderezada con lo que Josep Tarradellas llamaba a menudo, en privado, "sideralismo". Hay pretensiones verbales siderales y una realidad clánica o de poder tribal.
A base de miserias preelectorales, me dice una alta fuente política, "el independentismo ha perdido la magia y el lirismo que supo generar. Día a día, crece el número de personas que ve que todo ha sido un engaño populista que acabará muerto por su propio ridículo".
Silenciando las expectativas de voto
Uno de los elementos informativos usados por las dos fuentes ha sido que la última encuesta del CEO incluía una valoración de los políticos pero, en cambio, no una estimación de la previsión del voto. Todas las encuestas que permiten una valoración también hacen una estimación del voto, sin más trabajo de campo. La realidad es que podían -y debía- hacer una estimación del voto. Pero la cúpula de CDC ordenó omitirla porque el independentismo en general y CDC en particular recibía una colleja. Era lo que los franceses llaman "las realidades que hacen enfadar".
Las fuentes me dicen que las informaciones parciales que han podido ir recogiendo a pedazos llevan a esperar tener un Parlamento autonómico muy fragmentado. Todo el mundo se deberá conformar, pero ya es bien sabida la pasión de Mas por su poltrona. O sea que antes sufriremos a raudales.
Mas, visto como un continuador de Pujol
Otro dato que Mas no puede soportar es que sigue siendo visto como un sucesor de Jordi Pujol y un guardián del infumable templo del pujolismo. Una encuesta mostró que un 25 por ciento de sus (sic) votantes no se creía su versión barnizada del pujolismo, que grotescamente Mas quiere hacer pasar como una deriva familiar. Para cuentos, son mejores los de Andersen, o incluso los de Calleja.
En este sentido, las fuentes precisan que la lamentable sesión de la comisión parlamentaria sobre las maldades de Pujol no tuvo ningún efecto. "La opinión pública -me dicen- ya tiene una idea hecha respecto a que efectivamente hubo, y perdura, un sistema pujolista de corrupción".
En ERC también lo saben, pero ya veremos hasta qué punto lo usan en la campaña electoral. En pura lógica también deberían hacerlo las fuerzas contrarias a Mas, es decir todas, al menos sobre el papel.