Convergència no puede tener ninguna política de pactos
Al obligar a Mas a ir a la comisión sobre corrupción, es decir, de hecho sobre Jordi Pujol, ERC ha dado un paso en la dirección que le da más miedo a Mas: poder mostrar una continuidad en el tema de la corrupción. El dirigente de CiU no tiene margen para efectuar ninguna maniobra. Es un hecho bastante inédito en el pujolismo.
28 enero, 2015 03:34ERC cambió de posición, para pronunciarse a favor de la comparecencia de Mas en la comisión parlamentaria sobre las fechorías de Jordi Pujol sin avisar del cambio a CDC, según fuentes parlamentarias que siguen el vodevil entre los dos partidos secesionistas.
Una de estas fuentes me dice: "Tendremos unos meses divertidos porque ERC ha decidido intentar desgastar de manera constante en CDC, usando en particular temas de corrupción. Hay que tener presente que hoy el partido de Mas es, indudablemente, la organización catalana más salpicada por la corrupción. Muy claramente, este es un su punto débil. Hay temas concretos de sobra. Últimamente cada día surge uno nuevo, mientras los antiguos son más visibles".
ERC, con mejores expectativas que CDC
Otra fuente me dice que está siguiendo las encuestas telefónicas realizadas constantemente por CDC y ERC sobre la expectativa de voto en Cataluña. Son peores para CDC que para ERC.
"Respecto a los comicios catalanes de septiembre -me dice la fuente- ERC está ligeramente por delante de CDC, si bien la estimación de la suma de escaños de ambos sigue estando un poco por debajo de la mayoría absoluta. CDC y ERC siguen siendo vasos comunicantes: lo que pierde uno lo gana el otro. En cuanto a las municipales, dentro de CDC hay más follón que en ERC. Los cuadros pujolistas de comarcas están muy quejosos por la centralidad que se da a la persona de Mas y por la voluntad de este de poner a independientes en las listas, operación que, por otra parte, no va demasiado bien. También se añade el tema de la relación con UDC. En algunos sitios esta se ha convertido cómica. Por ejemplo hay un enfrentamiento total y abierto en Vic, donde puede llegar a haber un candidato a alcalde de CDC y otro de UDC".
Los dirigentes de CDC se sienten incómodos cuando son preguntados por periodistas respecto a sus relaciones con ERC. A menudo han querido hacer creer que todo iba sobre ruedas para luego ellos mismos acreditar lo contrario mediante una machada.
Mas, buscando la amistad perdida con Junqueras
La semana pasada, este juego de los disparates obligó a Mas a montar un punto informativo, con una exposición off the record en el Parlamento autonómico, frente a media docena de informadores. Lo más curioso que dijo fue: "Espero que la campaña electoral me permita recuperar mi amistad con Junqueras".
Mas no ha sido profeta: desde aquel momento las patadas por debajo de la mesa entre ERC y CDC han aumentado. La fuente que me informa me dice: "Creo que ahora Mas está arrepentido de no haber convocado elecciones para marzo. Ahora tenemos más meses por delante y veremos de todo. Ni CDC ni ERC están en una dinámica seria de independencia, sino de ver quién será presidente de la Generalidad en la próxima legislatura".
La aparición de Podemos, elemento clave
También están muy pendientes de ver qué efecto causa la aparición de Podemos, seguramente en forma de franquicia catalana. Ganar o perder el Ayuntamiento de Barcelona en las municipales será un dato primordial respecto a las elecciones del 27S. El tema del efecto que causará Podemos es muy brumoso, pero puede ser importante ver a quién quita más voto.
Nunca como ahora CDC había estado tan encajonada, es decir, sin ninguna política realista de pactos. No puede volver a hacer "la puta i la Ramoneta", ahora hacia un lado y después hacia otro, demagogia en la que Jordi Pujol sobresalió. Hacia su izquierda se encuentra con ERC, que alterna una actitud de puro odio hacia Mas con apariencias de buenas relaciones de breve duración.
Ninguna posibilidad de pacificación entre PP y CDC
Hacia su derecha, la relación o no relación entre CDC y el PP (o el Gobierno) ha alcanzado un mínimo histórico. Una fuente empresarial con buenos contactos en La Moncloa me lo explica. Me dice que hasta el 9N Rajoy todavía pensaba en la posibilidad de moderar las malas relaciones con CiU.
Entonces, la cúpula del PP creyó entender que las negociaciones secretas protagonizadas por Pedro Arriola (PP), José Enrique Serrano (PSOE) y Joan Rigol (UDC) habían terminado con un acuerdo por el que Mas aceptaba que la seudoconsulta fuera llevada a cabo por una organización privada, como la ANC u Òmnium, al margen de la Generalidad. Rajoy entendió que Mas llegó a estar de acuerdo. Pero el hecho es que finalmente Mas tiró por la calle de en medio.
La implicación de la Generalidad en esa especie de consulta burda, expresada enfáticamente por Mas, hizo que ahora no haya ninguna posibilidad de diálogo entre Mas y Rajoy. La Moncloa cree que Mas no es fiable en nada. Curiosamente, la opinión de Junqueras es bastante parecida.