El Rey Felipe VI, durante su primer mensaje de Navidad

El Rey Felipe VI, durante su primer mensaje de Navidad

Política

El Rey alerta de las "fracturas emocionales" generadas por el nacionalismo en Cataluña

Felipe VI aprovecha su primer mensaje de Navidad para referirse de forma especial a la tensión política en Cataluña. Apela a la "unidad histórica" recogida en la Constitución, que reconoce "el derecho de todos a sentirse y ser respetados en su propia personalidad, en su cultura, tradiciones, lenguas e instituciones. Destaca la contribución realizada desde Cataluña a la "estabilidad política" y el "progreso económico" de España. Subraya que "todos nos necesitamos". Apela a los sentimientos: "Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser". Advierte del riesgo de "desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos". Y hace un llamamiento a reencontrarse respetando la Constitución.

24 diciembre, 2014 21:07

El Rey Felipe VI ha aprovechado el tradicional mensaje de Navidad de este año -el primero desde que accedió al trono- para referirse de forma específica a la situación de tensión generada por el nacionalismo y el independentismo en Cataluña:

"Quiero referirme ahora también a la situación que se vive actualmente en Cataluña. El pueblo español, en el ejercicio de su soberanía nacional, ratificó mediante referéndum la Constitución de 1978, que proclamó nuestra unidad histórica y política y reconoció el derecho de todos a sentirse y ser respetados en su propia personalidad, en su cultura, tradiciones, lenguas e instituciones.

Bajo ese espíritu constitucional, hemos convivido estos años. Cada Comunidad, cada pueblo y territorio de España, cada ciudadano, han aportado lo mejor de sí mismos en beneficio de todos. Y sin duda, desde Cataluña, se ha contribuido a la estabilidad política de toda España y a su progreso económico.

Es evidente que todos nos necesitamos. Formamos parte de un tronco común del que somos complementarios los unos de los otros pero imprescindibles para el progreso de cada uno en particular y de todos en conjunto.

Pero no se trata solo de economía o de intereses sino también y sobre todo, de sentimientos. Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser. Por eso me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en la España de hoy es adversario de nadie.

Y lo que hace de España una nación con una fuerza única, es la suma de nuestras diferencias que debemos comprender y respetar y que siempre nos deben acercar y nunca distanciar. Porque todo lo que hemos alcanzado juntos nace de la fuerza de la unión. Y la fuerza de esa unidad es la que nos permitirá llegar más lejos y mejor en un mundo que no acepta ni la debilidad ni la división de las sociedades, y que camina hacia una mayor integración.

Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales o sentimentales. Hagamos todos un esfuerzo leal y sincero, y reencontrémonos en lo que nunca deberíamos perder: los afectos mutuos y los sentimientos que compartimos. Respetemos la Constitución que es la garantía de una convivencia democrática, ordenada, en paz y libertad. Y sigamos construyendo todos juntos un proyecto que respete nuestra pluralidad y genere ilusión y confianza en el futuro. Porque necesitamos, también, ilusión y confianza".

En su discurso, el monarca también ha sido muy crítico con la corrupción, que ha instado a "cortar de raíz" y "sin contemplaciones", y ha mandado un mensaje de optimismo de cara al futuro.