Francia ha dado un paso histórico para intentar dinamizar su estructura administrativa territorial y ahorrar en gasto público. El Gobierno de François Hollande ha sacado adelante la iniciativa para reducir de 22 a 13 el número de regiones que conforman el país.
Pese a tratarse de una decisión de especial trascendencia, en la votación final son han participado 162 de los 577 miembros que integran la Asamblea Nacional. Con 95 votos a favor, 56 en contra y 11 abstenciones, a partir de enero de 2016 Francia habrá reducido significativamente su numero de regiones.
Un ahorro de al menos de 10.000 millones
El secretario de Estado para la Reforma Territorial, André Vallini, explicó antes de la votación que el nuevo diseño territorial supondrá un ahorro de al menos de 10.000 millones en los próximos años, y que Francia necesita regiones más fuertes que las actuales para ser más eficaces en la Unión Europea.
De este modo, el presidente Hollande ha podido sacar adelante una de sus principales medidas para su actual mandato de cinco años. A pesar del notable cambio que la medida supone, las protestas han sido escasas. Solamente algunas regiones, como la de Alsacia, donde la mayoría de ciudadanos y dirigentes políticos no veían con buenos ojos la fusión de su región con las de Lorena y Champaña-Ardenas, han considerado “injusta” la reforma.
En el nuevo proyecto, únicamente cinco de las 22 regiones metropolitanas se mantienen como estaban. La administración francesa tiene ahora 36.600 municipios o comunas, 13.400 mancomunidades, 3.700 cantones, 101 departamentos y 22 regiones.
Las 13 nuevas regiones reforzarán sus competencias en detrimento de los departamentos o provincias, que también cederán poder a las mancomunidades. En los meses próximos, el Parlamento galo redactará una nueva ley sobre el reparto de competencias. Además, se deberá definir cuáles serán las ciudades elegidas como capitales de las regiones fusionadas. Alsacia es la única que, como consuelo, ya ha recibido la garantía legal de que su capital, Estrasburgo, lo será también de la nueva región.
Sarkozy, en contra de la medida
La ley ha salido adelante con el apoyo casi en solitario de los socialistas. El resto de la izquierda, los ecologistas, la derecha y el centro la han rechazado de plano.
El ex presidente Nicolas Sarkozy, que estos días se estrena como presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), ha prometido que volverá a modificarla si gana las próximas elecciones generales.