Joaquim Coll, historiador, impulsor de Federalistes d'Esquerres y de Sociedad Civil Catalana, en un artículo publicado este viernes en El Periódico:
"[Mas] ahora propone un alucinante salto mortal que en 18 meses nos sitúe en el umbral de la independencia. Todo esto violentando la legalidad, quebrando el principio democrático y fracturando la sociedad catalana en dos mitades. Mas está escribiendo una nueva técnica del golpe de Estado en democracias parlamentarias que llenaría de curiosidad a Curzio Malaparte, complejo personaje que fue fascista y luego comunista. [...] Vivimos un momento de fuerte eclosión populista en toda Europa, que favorece situaciones de hipnosis colectiva. El populismo descansa siempre sobre la doble premisa de que, como peor que ahora ya no podemos estar, es preferible despreciar los riesgos y las incertidumbres, y que tampoco importa someter los medios a los fines.
Mas quiere dar un nuevo empujón desde las instituciones autonómicas a la revolución nacionalista llamada procés, a pesar de que no cuenta con una mayoría social suficiente, como él mismo ha reconocido tras el 9-N. Los resultados de ese día hay que tomarlos con precaución, pues hay pruebas de que hubo laxitud y descontrol, pero reflejan una Cataluña rota en términos identitarios y sociales. Los catalanohablantes fueron mayoritariamente a votar. Los castellanohablantes, que son más del 50% de la población, acudieron de forma minoritaria. La Cataluña interior se movilizó como en las elecciones municipales, y su apoyo a la secesión es abrumador, mientras en el litoral no sobrepasó el tercio del electorado y en el área metropolitana no alcanzó el 20% [...]".