La Junta Directiva del F.C. Barcelona, que encabeza Josep Maria Bartomeu, ha decidido este viernes por la tarde presentar un recurso de apelación contra la resolución de hace dos días del juzgado de primera instancia que desestimava la acción de responsabilidad presentada en su día contra el ex presidente blaugrana Joan Laporta y 16 miembros de su junta.
Bartomeu, que preside el club desde la dimisión de Sandro Rosell, bajo cuyo mandato el Barça presentó la demanda contra Laporta, ha explicado que el club ha decidido recurrir ante la Audiencia Provincial de Barcelona porque el "mandato" de la asamblea de compromisarios que aprobó la vía judicial contra la junta de Laporta fue "sacar adelante la acción de responsabilidad". "Esto es lo que estamos haciendo", ha recalcado el presidente blaugrana.
La decisión de la junta contrasta con afirmaciones recientes del propio Bartomeu, que se había declarado partidario de, en caso de que la demanda contra Laporta fuera desestimada, como ocurrió finalmente, dar por cerrado el caso y no interponer recurso alguno. Desde parte del entorno blaugrana -incluso el no especialmente afín a Laporta- también se contemplaba con agrado no recurrir, para favorecer la paz social en el club.
A modo de compensación y matiz, el club no exigirá a los directivos demandados que ejecuten a finales de año 23 millones de euros en avales, como tenía derecho a reclamar el Barça si no se daba por cerrado el caso.
El origen de la polémica
El club presentó la demanda en 2011, tras aprobarlo en una polémica asamblea de socios en la que Rosell, a pesar de haber impulsado personalmente la acción de responsabilidad, en el momento de la votación a mano alzada, y antes que el resto de socios, optó públicamente por la abstención.
La Junta de Rosell consideró que el balance que presentó el equipo de Laporta a su salida del club no respondía a la realidad. Por ello, encargó una nueva auditoría que sostuvo que los 11,9 millones de euros de beneficio presentados por Laporta para su último mandato fueron en realidad casi 80 millones de euros de pérdidas, con un balance, para el global de la época de Laporta al frente del Barça (2003-2010), de 47,6 millones de pérdidas.
Tras abandonar el club, Laporta se defendió de los cálculos de la Junta de Rosell con diversos argumentos técnicos, como que la Junta de Rosell computó como ganancias del ejercicio 2010-2011 -es decir, como ganancias suyas- partidas que tendrían que corresponder a la última temporada de Laporta en el Barça, mientras que sí contabilizó en el primer ejercicio de Laporta los avales de la temporada 2002-2003, anterior a Laporta.