Madrid es todo un hervidero de noticias. La sombra de Tangentopoli se cierne sobre el sistema político español. La situación política no es complicada, es un galimatías que tiene difícil solución. El PP está noqueado. El PSOE no levanta cabeza. Los últimos escándalos han dado la puntilla al partido presidido por Rajoy al que la recuperación económica no le acompaña tanto como tenía previsto.
A todo esto, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se puso manos a la obra hace dos semanas para elaborar una nueva encuesta. Esta, con intención de voto a los partidos. El trabajo de campo coincidió con dos noticias más que negativas: las tarjetas negras de Bankia y la gestión del ébola. No coincidió con la declaración de Acebes, el ex secretario general del PP, por la utilización de la caja B para comprar acciones de Libertad Digital, ni con el vergonzoso espectáculo de Francisco Granados y su red mafiosa. Ni tampoco con la imputación del gerente del PP en Castilla-La Mancha por la utilización de 200.000 euros de la caja B para pagar la campaña de la actual secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. En Cataluña, el trabajo de campo fue anterior al registro de los domicilios de Oleguer Pujol y las acusaciones a Trias de haber tenido una cuenta en Suiza. En este ambiente, el vuelco electoral que ya anunciaban encuestas anteriores se ha acelerado.
La encuesta del CIS ha hecho saltar todas las alarmas en la calle Génova, en Ferraz y en la Moncloa. Tampoco quedan al margen las CCAA, y Cataluña menos que ninguna. ¿El motivo? La irrupción de Podemos en el mapa político español, catalán, vasco, gallego, andaluz, etcétera, como un elefante en una cacharrería. El destrozo en los principales partidos es histórico. No solo es el fin del bipartidismo, sino que la encuesta revela el fin del sistema político actual, tal y como lo conocemos. Casi todos los partidos reciben un fuerte correctivo.
Según ha podido saber CRÓNICA GLOBAL de fuentes bien informadas, el CIS apunta a Podemos como el partido con mayor intención directa de voto, si ahora se hicieran unas elecciones generales, seguido por el PP y, en tercer lugar, por el PSOE. Quizás la cocina del CIS altere el orden final, pero el dato de que el partido de Pablo Iglesias tiene la mayor intención directa de voto es una fotografía nítida de cómo están viendo los españoles la evolución de los acontecimientos. Los partidos tradicionales están perdiendo a sus votantes por el hartazgo que les provoca la corrupción. Nadie aprecia que se esté limpiando el escenario, sino la increíble cantidad de porquería acumulada.
El PP y el PSOE reciben en este CIS un fuerte revolcón. Los resultados de Izquierda Unida pueden ser similares a los conseguidos por el PCE de Carrillo en 1982. Lo conoceremos el próximo lunes, día 3.
Podemos también sacude el panorama político catalán
Pero no son los únicos que no resisten al vendaval de Podemos. Según las fuentes consultadas, en Cataluña Podemos tambien podria ser, según la encuesta, la primera fuerza política en intención de voto directo en unas generales. Otras encuestas le dan 14 ó 15 escaños en unas autonómicas, según apunta Enric Juliana en La Vanguardia. CiU y ERC reciben un correctivo de altos vuelos, y los de Iglesias irrumpen en el escenario catalán con fuerza dejando en mantillas la supuesta mayoría soberanista.
En caso de elecciones autonómicas, todo apunta a que lo partidos secesionistas no conseguirían la mayoría absoluta. Un jarro de agua fría y una fuerte dosis de realidad a unos partidos que están ensimismados en el regate corto de la consulta del día 9 de noviembre.
En todas las CCAA Podemos consigue irrumpir de forma contundente, y en la mayoría de casos cambiando radicalmente el mapa político. Un cambio que se puede consolidar a la vista de las informaciones que se suceden de forma cotidiana y que desarbolan a los principales partidos políticos, tanto de derechas como de izquierdas, tanto nacionales como autonómicos. El efecto Podemos ha herido de muerte al actual sistema político.