El reconocimiento por parte de la vicepresidenta de la Generalidad, Joana Ortega, -por dos veces en menos de 24 horas- de que el referéndum secesionista promovido para el 9 de noviembre no se podrá celebrar si, como todo apunta, lo suspende el Tribunal Constitucional, ha generado una virulenta reacción en contra por parte de los partidos nacionalistas.

Desde ERC, socios de CiU en el Parlamento autonómico, han sido especialmente duros con Ortega. El portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, ha advertido de que un retraso en la consulta sería "un engaño al pueblo catalán" y ha exigido al Ejecutivo autonómico "mantener el rumbo" del plan secesionista.

"Ya tenemos uno [referéndum]. ¿Para qué queremos otro 9 de noviembre? ¿Qué cambiará?", se ha preguntado, y ha insistido en que no hay un plan B. "Tenemos al pueblo de Cataluña detrás. La voluntad mayoritaria del pueblo de Cataluña expresada democráticamente pesa más que un despacho del presidente del Tribunal Constitucional", ha declarado visiblemente afectado por la posición de Ortega.

Tardà: el Gobierno autonómico "ha decidido suicidarse"

Más contundente se ha mostrado su compañero, el también diputado de ERC Joan Tardà, quien a través de su cuenta de Twitter ha considerado que, con esta posición, el Gobierno autonómico "ha decidido suicidarse".

"Que la consejera Ortega vaya a RAC1 con el objetivo de desmovilizar es de una irresponsabilidad a tener en cuenta algún día. Que nos quede claro: todo, todo dependerá de la movilización popular, tanto la del 11S como la del 9N. Es decir, de la gente. ¡Vamos!", ha añadido.

ICV-EUIA: "La única alternativa a la consulta es la consulta"

Por su parte, el portavoz adjunto de ICV-EUiA en el Parlamento autonómico, Joan Mena, ha advertido que poner en duda la consulta del 9N "es dar la propiedad del derecho a decidir al Gobierno español y al Tribunal Constitucional".

"La única alternativa a la consulta es la consulta", ha insistido en un comunicado, y ha instado al Ejecutivo autonómico a acabar con cualquier especulación al respecto.

Mena también se ha mostrado contrario a un adelanto de las elecciones autonómicas en caso de que no haya consulta porque "sería un nuevo fracaso de Artur Mas" que reforzaría al PP. ""El 9 de noviembre habrá consulta y la tendremos con plenas garantías democráticas" porque este es el deseo de una mayoría calificada de la Cámara autonómica y de la población catalana, ha añadido.

La CUP anima a "desobedecer la imposición para obedecer la democracia"

También ha sido muy crítica la CUP, que junto a CiU, ERC e ICV-EUiA forman el cuarteto que pactó fecha y preguntas para el eventual referéndum secesionista.

Según David Fernández, "se ha acabado el tiempo de las imposiciones, el referéndum es irrenunciable". Para al diputado autonómico, "es inútil cambiar la fecha del referéndum" porque "el Estado no cambiará en ningún caso su actitud", por lo que ha instado a "desobedecer la imposición para obedecer la democracia".