El presidente de la Generalidad, Artur Mas, y el ex presidente de la Generalidad y fundador de CDC y CiU, Jordi Pujol

El presidente de la Generalidad, Artur Mas, y el ex presidente de la Generalidad y fundador de CDC y CiU, Jordi Pujol

Política

El sistema de CDC y Pujol, la sanidad y un buen auto judicial

Querer hacer pasar la fortuna del clan personal y familiar de los Pujol por un hecho aislado resulta inverosímil. Indiciariamente, hay que dar prioridad a considerar la presunta existencia de un sistema de control social basado en lo que se está viendo. Habría quien se enriquecería y sobre todo sería el aceite que lubrificaría una forma de poder. Un competente juez de Reus ha efectuado en un su auto una argumentación jurídica del máximo interés.

11 agosto, 2014 03:06

Pujol se reaviva y contraataca. Ante las cámaras de televisión no ha mostrado ningún arrepentimiento ni traslucido ninguna vergüenza. Además, sus más impresentables servidores (Joan Rigol, Manuel Cuyàs, Toni Soler y otros) han retomado su servil tarea de escuderos barnizadores. Le quieren restituir a Pujol una falsa santidad que en países más sólidos ya estaría definitivamente perdida.

Contra estas contestaciones se debe ejercer el derecho a la réplica, como en los procedimientos judiciales. Para ello, será necesario retomar el asunto desde el principio. No se puede aclarar nada desde la parodia de confesión inicial de Pujol, escrita, unilateral, con más incógnitas que certezas y llena de humo. Tuvo toda la apariencia de un cortafuegos, no de ningún arrepentimiento.

Un personaje que cree ser un dios

¿Ante quién debería mostrar arrepentimiento un Jordi Pujol que cree ser un dios y aún trata a los periodistas como si fueran moscas molestas? ¿Ha olvidado que ha mentido a docenas de periodistas, a toda la ciudadanía e incluso a su hermana y a su fiel cuñado? El viejo eslogan de Marx debería ser sustituido por el de "engañados por Jordi Pujol de todas partes, ¡uníos!". Pero, ay, he aquí que él y sus criados todavía nos quieren engañar más, mientras que desde el mundo político no independentista se limitan a cumplir con los digamos servicios mínimos, como mucho.

De entrada, habrá que saber qué motivó aquella falsa y manipuladora confesión. ¿Por qué se produjo en ese momento preciso? ¿Qué posibles contrapartidas se pretendían obtener? ¿Qué y a quién quería eventualmente tapar y a quién podría pretender ensuciar, además de a su padre? Un aspecto, este último, que, por cierto, es moralmente esclarecedor.

Inculpaciones familiares

Hasta ahora se conocía a hijos que se autoinculpaban para salvar a su padre, o su memoria. Pero no casos comparables a lo que ahora podría haber pasado. Nos encontraríamos ante un desvergonzado creativo. Por tratarse de un personaje que a menudo se ponía en la boca el concepto de familia, es una situación inefable, tanto si hacemos un análisis por la vía ascendente como por la descendente, o la lateral (hermana y cuñado). ¿El patriarca tiene algo de limpio o tan solo de sincero?

Genéricamente, se debería fijar una atención preferente en los hechos que deberán ser objeto de consideración judicial, así como -aunque más- que esta obligada consideración no pueda ser afectada por influencias o necesidades políticas. Parafraseando un conocido aforismo jurídico, lo que no esté en el sumario (y en este ha de estar todo, al máximo de entrelazado) no está en el mundo.

Las investigaciones periodísticas, realizadas, prácticamente en exclusiva, desde fuera de Cataluña, deben pasar a ser líneas de investigación por parte de la policía judicial. En cuanto al Ministerio Fiscal, es obvio que, desgraciadamente, tiene una dependencia jerárquica vinculada al poder Ejecutivo. Habrá que ponerlo de relieve, o no. No puede haber frenazos que sean compensados desde la política. Todo indica que en el caso Banca Catalana los hubo.

Defender intereses sociales básicos

Si predomina una óptica de defensa de los intereses más básicos de toda sociedad organizada, se tendrá siempre en cuenta que estamos ante un hecho crucial, aún más que el de Banca Catalana. Si entonces el procedimiento judicial hubiera ido de otra forma, y mi opinión es que así podía haber sido, ahora no estaríamos ante el ignominioso escándalo en el que nos encontramos. Hoy no se trata de casos limitables a sólo Jordi Pujol y a su familia. Hubo y hay un marco concreto, aparentemente nada accidental, que permitió llevar a cabo hechos ahora considerados. No lo puedo decir con lenguaje más angelical.

Debemos efectuar una distinción básica. Es la existente entre un caso o casos de ámbito personal y familiar, y la existencia de un marco o de un sistema, mucho más amplio, que ha permitido y a la vez se ha nutrido aquellos casos concretos, que han sido posibles debido a tener el marco catalán que tenemos. Por la vía indiciaria, me podría decantar por sospechar su generalización. Sería un sistema de control social donde el dinero incontrolado de todo origen podría ser básico. Lo argumenté en tres largos artículos que publiqué el 31 de julio, así como el 5 y el 6 de agosto, en el diario Nueva España de Oviedo y en otros diarios del Grupo Moll.

Todo lo expuesto en medios de fuera de Cataluña hay que subsumirlo, integrarlo, ligarlo, relacionarlo con un conjunto que puede constituir el sistema pujolista.

Sanidad, pujolismo y corrupción

Desde octubre de 2012 he estado publicando docenas de largos artículos sobre el deliberado destrozo de la sanidad pública efectuado por la Generalidad. Siempre he puesto de relieve la voluntad de crear otro sistema donde la "CDC de los negocios" ocuparía un lugar preeminente. En el puñado de nombres que he expuesto repetidamente figuraba el de Carles Sumarroca, amigo personal de Jordi Pujol, convertido en un gran magnate, y el de Ramon Bagó, amigo personal del padre de Pujol, director general de Turismo con este y ahora devenido muy rico con la sanidad privada de pago público.

Ahora la destrucción del Instituto Catalán de la Salud (ICS) a base de desmenuzarlo en consorcios provinciales representa el fortalecimiento de su desgobierno, de su privatización, del abandono de los controles propios del Derecho Administrativo y, en definitiva, de consolidar una situación que entusiasma a aquella "Convergència de los negocios".

Control social y enriquecimiento

Este hecho se puede ligar con concepciones del enriquecimiento privado con dinero público y del fortalecimiento de un tipo de control social inherente al caciquismo. Hay que considerar que lo que expongo sea la de la potenciación de la rama sanitaria de un sistema. Un sistema en el que jugó un papel importante Jaume Roma, buen amigo de los hijos Pujol. Roma fue director del área económica del Servicio Catalán de la Salud, para convertirse en después en director general. Posteriormente fue consejero de Obras Públicas, cargo del que dimitió por la imputación de presunta corrupción. Hacía referencia a la construcción de un chalet de lujo para constructoras que habían tenido relación con en el departamento de Salud.

Cada día aparecerán más elementos que pueden ser de interés. Unos serán por conseguidos por vía inductiva -pasar de los datos concretos a la consideración general- y otros por la antagónica, la deductiva, de sentido inverso. Son complementarias.

El consorcio sanitario de Tarragona

Haría falta que sirvieran para articular mejores reacciones ciudadanas contra un destrozo sanitario de descarnada inhumanidad. En este orden de cosas creo que ha habido un gran paso en el orden judicial. Pronto deberían haber más, relativos a la alucinante creación de unos entes que mezclan la sanidad privada y la pública en comarcas de Tarragona y del Baix Penedès. Su finalidad es liquidar el ICS. Hay que estar atentos a si el PP admite que los entes locales puedan formar parte de consorcios sanitarios. Primero el PP estuvo en contra y ahora habría cedido a las presiones de CiU. No es un tema nada banal. Impedir lo que se había hecho hasta ahora limitaría muchísimo la corrupción en el marco sanitario, en Cataluña. La lucha contra la corrupción debe ser un todo, indivisible.

Como resultado de mi revelación del caso Innova, ente del que todo el mundo había hecho loas, ahora ya hay 48 imputados y cerca de una decena de piezas separadas. En la tercera de las piezas, el magistrado competente, el titular del juzgado número 3 de Reus, firmó e hizo público un muy elaborado auto que es de un extremo interés. Lo reproduzco conservando las precisiones entre paréntesis, que son del propio auto. Todo el texto que reproduzco está escrito en el auto en mayúsculas y subrayado.

Un magnífico auto judicial y el "consorcio criminal"

"Los razonamientos anteriores -afirma el auto judicial- no sólo introducen indicios, como ya se ha dicho, de una falta grosera de control del dinero público por parte de los responsables del Ayuntamiento de Reus (Innova), sino que confirman, indiciariamente, que el modelo de gestión de Innova (Ayuntamiento de Reus) estaba diseñado para que no hubiese ningún tipo de control. Como se ve en esta pieza separada, de la misma manera que en la pieza principal de la causa, estamos ante un fallo sistémico que propiciaba, con evidente intención, que se contratase sin seguir ningún procedimiento y que se pagasen los trabajos sin fiscalizar su realización. En definitiva, se actuaba con evidente perjuicio de esos intereses públicos que se supone deben defender y respetar aquellos a quienes se les ha confiado la tarea de dirigir una administración pública".

Mi convicción, también indiciaria, es que podría pasar lo mismo de forma generalizada en muchos ámbitos de la Generalidad, no sólo en el marco sanitario de las comarcas tarraconenses. El juez de Reus ha abierto un camino excelente, muy ajustado a derecho, así como a la lucha contra la corrupción real, la de aquí y ahora.

Anteriormente, osé apuntar hacia la figura de derecho positivo español, bien amparada por la jurisprudencia, del "consorcio criminal". Creo que es eso lo que hay que considerar, a nivel muy superior y eventualmente bastante general catalán. En efecto, las cantidades expuestas son inmensas. Periodísticamente, se ha indicado, desde fuera del marco mediático catalán, aquí controlado y subvencionado, que el patrimonio familiar de los Pujol podría ser de unos 1.800 millones de euros. Es mucho para conseguirlo sin que haya una articulación y un marco generalizados.

¿Banca Catalana no arruinó a Pujol?

Otro elemento a considerar es que Jordi Pujol, en pura y legal (sic) lógica, se tendría que haber quedado arruinado con el desastre de Banca Catalana, excepto si hubiera usado información privilegiada para salvarse él solo. O fuego o brasas.

Además, ¿qué se habría podido ofrecer a los que podían pagar a los hijos de Pujol, o a quien fuera, que no fuese un determinado -y favorecedor- acto administrativo de una Generalidad dirigida de forma muy personal e intervencionista, hasta el ridículo, en todo y para todo, por el propio Jordi Pujol?

¿Una mera "distracción" de Pujol?

Ahora bien, como consideración sólo teórica también se puede imaginar que Pujol no controlara la Generalidad, ni en temas capitales, donde había en juego muchos millones. Personalmente, no soy capaz de imaginármelo. Pero si se argumentara esta posibilidad -repito: teórica- entonces volveríamos a cambiar el fuego de la posible corrupción por las brasas del mal gobierno. En todo caso, diría que algo pasó, ¿o no? El hecho de que el impresentable Manuel Cuyàs hable de mera "distracción" sólo significa que nos toma a todos los ciudadanos no pujolistas por asnos. Caramba, qué distracción tan beneficiosa para unos pocos y tan perjudicial para todos los demás.

Cuanto más nos tomen por tontos los servidores de guardia (he citado a Joan Rigol, Manuel Cuyàs y Toni Soler), más precisa y, a la vez, más amplia debe ser la información sobre un tema que creo que va de lo que ya se dijo, de tema general, y, aún más, de control social por parte de una persona y de un partido que ha instaurado un clanismo que nos debería hacer caer la cara de vergüenza, por haberlo soportado.