El Dia de les Esquadres, la gran fiesta anual de los agentes de los Mossos d'Esquadra, se ha convertido en un mal día para el presidente de la Generalidad, Artur Mas, que ha visto como unos 200 agentes lo han recibido con pitidos e insultos. Y con la tonada de la canción Viva España.
Los hechos se han producido a la entrada del Auditorio de Barcelona, donde Mas, acompañado del consejero de Interior, Ramon Espadaler, y la cúpula del cuerpo policial autonómico, ha acudido para la celebración. Esta era la primera vez que un presidente autonómico presidía el acto.
Los manifestantes, convocados por los sindicatos SPC, SME-CCOO y CAT, muchos de ellos vestidos de negro y armados con silbatos, han abucheado a Mas y Espadaler, y les han dedicado insultos gruesos, en protesta por los recortes presupuestarios de los últimos años, que han afectado también al cuerpo policial.
"Y viva España"
La parte más espectacular de la protesta, no obstante, ha llegado cuando los agentes han entonado el conocido pasodoble Viva España, que popularizó Manolo Escobar a partir de la década de 1970, y que muchos consideran el himno oficioso de España.
No es la primera vez que los agentes de los Mossos emplean esta canción con finalidades reivindicativas ante Mas. En enero de 2012, por ejemplo, ya lo hicieron en un acto en que el participaba el presidente de la Generalidad, y también, com ahora, en protesta por los recortes.
Anteriormente, agentes de la policía autonómica se habían sido negando a emplear el catalán en su trabajo, también como medida de presión para obtener sus reivindicaciones.
Los Mossos piden disculpas a los ciudadanos
En el acto, el comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha pedido disculpas a los ciudadanos que se hayan podido sentir "perjudicados" por alguna actuación policial, en lo que se ha interpretado como una alusión a los últimos episodios conflictivos protagonizados por los agentes de la policía autonómica, y muy especialmente a las últimas detenciones con resultado de muerte.
En su turno, Mas ha secundado a Trapero, cuando ha afirmado que "lo peor de un error no es cometerlo", sino que "lo peor es no aprender y no tener voluntad de enmienda".