"Funcionarios de la Unión Europea calculan que llevaría, al menos, cuatro o cinco años negociar y ratificar la adhesión de Escocia y Cataluña. [...] El divorcio significa que los disidentes deben vivir solos, al menos durante un tiempo. No habrá ningún compromiso inmediato con la UE, ninguna dote de Bruselas, ni cheques garantizados por otros bancos centrales. Aterradora o liberadora, ese es el sentido de la independencia".
Así concluye un artículo publicado en The Economist, en el que se analizan los casos del independentismo catalán y escocés.
El semanario británico señala que "es un error insinuar que los nuevos Estados independientes nunca podrían unirse a la UE", pero alerta de que "aún es más deshonesto pretender que la adhesión sería rápida o fácil, incluso en las mejores circunstancias".
Poco partidarios de las secesiones
El artículo señala que estos movimientos independentistas han generado nerviosismo en otros gobiernos europeos porque "si Escocia y Cataluña se independizan, ¿por qué no el País Vasco, Flandes, Córcega o incluso Baviera?".
Y recuerda que altos dirigentes de la UE han realizado advertencias "cada vez más contundentes" a los aspirantes a separarse, y destaca declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso apuntando a que una región que se independizase sería considerada "un tercer país" que "tendría que presentar una solicitud" para entrar en la UE.
Respecto a las recientes advertencias de Barroso, subraya:
"Tal vez, al anglófilo Barroso le preocupa que, si Escocia vota separarse del Reino Unido, es más probable que los más euroescépticos británicos restantes voten salir de la UE en 2017. Ya se está luchando para hacer frente a las repercusiones de la crisis del euro y el aumento de los populistas contrarios a la UE, por lo que Bruselas preferiría no tener que lidiar también con los secesionistas. Las regiones separatistas añadirían más países pequeños a una organización que ya es poco manejable. Y la fragmentación va en contra del espíriti de unir para crear un todo mayor".
Duras negociaciones para entrar en la UE
Pero también indica que, "involuntariamente, la UE puede ser parte del problema", puesto que ha "debilitado a los gobiernos nacionales desde arriba, desplazando competencias a nivel europeo", a la vez que "se les ha debilitado desde abajo, haciendo más fácil a los separatistas buscar la independencia envueltos en la UE".
En este sentido, cita al consejero de la Presidencia y portavoz de la Generalidad, Francesc Homs, quien reconoce que el referéndum que plantean "nunca podría celebrarse sin la UE, que estabilizó la democracia española tras la dictadura de Franco". "Nos sentimos seguros. Hemos perdido nuestro miedo. Nadie nos va a disparar", añade.
Por último, The Economist destaca que para entrar en la UE, "todos los miembros deben ponerse de acuerdo para abrir y luego concluir las negociaciones de adhesión, y ratificar el acuerdo". "Hay 35 capítulos a negociar, y estos se han endurecido con los años", advierte.