Joaquim Coll, historiador, impulsor de Federalistes d'Esquerres y colaborador de CRÓNICA GLOBAL, este miércoles en El Periódico:
"Hasta hace cuatro días, los partidos nacionalistas catalanes no solo mostraban enormes reticencias a utilizar el castellano sino que tenían una actitud distante o de claro desdén hacia todo lo que en general podríamos etiquetar de cultura española, incluidas las expresiones populares que había traído la emigración. Con el desarrollo del proceso soberanista hemos asistido a un rápido cambio de registro, particularmente en relación con el futuro del castellano en el marco de un hipotético Estado catalán, que algunos anuncian para pasado mañana.
[...] En un hipotético Estado independiente es impensable la prohibición del uso del castellano, pero los repentinos amores hacia esta lengua y la promesa de su oficialidad responden más a una táctica de seducción política y electoral que al deseo de respetar a todos los mismos derechos lingüísticos y a la realidad bilingüe de Cataluña".