Salvador Sostres, periodista y empresario, en un artículo publicado este martes en El Mundo:

"[...] El presidente de la Generalidad de Cataluña parece no darse cuenta de que es España quien tiene que darle permiso [para celebrar una consulta independentista], y no Europa. Sería mucho más razonable que Artur Mas publicara este mismo artículo [la entrevista en el Corriere della Sera] en periódicos regionales españoles, porque de este modo lo leerían las personas que, en cualquier caso, son las que pueden permitirle llevar a cabo su referendo.

Mas y algunos catalanes no acaban de comprender que la Unión Europea es un club de Estados que se ayudan entre ellos y que no interfieren en sus respectivos asuntos internos.

Y precisamente porque cada uno de estos Estados tiene problemas territoriales, a ninguno de ellos se le va a ocurrir dar alas a ninguna esperanza de ningún proyecto secesionista.

Asociar la Unión Europea con cualquier idea de libertad épica o romántica es una gran estupidez que sólo puede basarse en la profunda ignorancia.

Ahí están por ejemplo la indiferencia y frialdad que los Estados miembros de la Unión han mostrado hacia Artur Mas y sus reivindicaciones, expresadas en cartas o en artículos.

Es de aficionados, y de patanes, tratar de involucrar a los mayores en tus pataletas localistas. Ya no digamos insultarles.

[...] Rajoy, que es un killer silencioso, le ha tomado la medida al mundo independentista y les responde callando.

No se presta a que le usen de sparring, ni alimenta una dinámica pensada para crecer en la reacción y el agravio.

A Mas le ignora como interlocutor y el mayor terror que tiene el president no son los tanques ni la Guardia Civil, ni que le suspendan la autonomía o le metan en la cárcel, sino declarar la independencia de Cataluña y que todo continúe igual porque Rajoy no le tome en serio y nadie le haga caso.

Cada manera que hasta ahora ha tenido España de enfrentarse al catalanismo ha creado más catalanismo. Aunque sea entre los escombros de un bombardeo. La prohibición del catalán dio a Raimon y a Lluís Llach.

Mariano Rajoy, con su silencio, está desactivando cualquier intento de épica o de heroísmo, y el independentismo empieza a acusar un considerable desgaste social y pierde apoyos más allá de los ociosos muchachos de las redes sociales.

El estilo de Rajoy es sigiloso y desconcertante, y cuesta de entender hasta a sus colaboradores más cercanos, pero así estamos saliendo de la crisis, así se ha desvanecido Bárcenas, y así Mas y Quico Homs nos demuestran, una vez más, que no es necesario que España venga a hacernos nada porque ya los propios catalanes nos encargamos de destruirnos y de humillarnos".