El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, durante un encuentro en La Moncloa en abril de 2013

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, durante un encuentro en La Moncloa en abril de 2013

Política

¿Sigue siendo el 'caso escocés' un ejemplo para el independentismo catalán?

El Gobierno británico anuncia que una Escocia independiente -además de quedar fuera de la UE- no podría seguir utilizando la libra esterlina, y advierte de que, si gana el 'sí' en el referéndum de septiembre, la secesión no está garantizada: "Empezaríamos entonces las negociaciones, pero si Alex Salmond hiciera exigencias imposibles, no nos doblegaríamos ni aceptaríamos todo lo que quisiera. Si no pudiésemos alcanzar un acuerdo, el statu quo sería la opción por defecto, [porque] como Gobierno del Reino Unido, tendríamos el deber de representar los intereses del pueblo de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte".

16 febrero, 2014 17:51

El caso escocés ha sido el espejo en el que, con más intensidad, se ha mirado el nacionalismo catalán en los últimos tiempos. La decisión del Gobierno y del Parlamento británico de promover un referéndum para la secesión de Escocia se ha presentando en reiteradas ocasiones como un proceso ejemplar e, incluso, envidiable. Sin embargo, a medida que se acerca la fecha de la celebración de la consulta -prevista para el 18 de septiembre-, el camino parece adentrarse en una zona de curvas que no aparecía en los mapas.

Este domingo, en una entrevista emitida por la BBC, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha advertido de que sería "extremadamente difícil, si no imposible" para una Escocia independiente entrar en la Unión Europea -como pretenden los independentistas escoceses-, puesto que necesitaría el apoyo de "todos" los 28 Estados miembros. Y ha puesto como ejemplo que el Gobierno de España se opone "incluso al reconocimiento de Kosovo" como Estado independiente.

Pero este no ha sido el único jarro de agua fría que el secesionismo escocés ha recibido en los últimos días. Según anunció este jueves el Gobierno británico, Escocia no podría mantener la libra esterlina como moneda en caso de abandonar el Reino Unido, una noticia que generó el enfado del líder nacionalista Alex Salmond (SNP), quien había prometido que una Escocia independiente seguiría utilizando la libra.

Un 'sí' de Escocia podría no conllevar la secesión

Sin embargo, el mayor revés a los independentistas escoceses -y, por extensión, al secesionismo catalán- se conocía este viernes, cuando diversos medios se hacían eco de las palabras de un alto cargo del Gobierno británico:

"Un voto afirmativo en el referéndum sería el inicio de un proceso, no el final. Empezaríamos entonces las negociaciones, pero si Alex Salmond hiciera exigencias imposibles, no nos doblegaríamos ni aceptaríamos todo lo que quisiera. Si no pudiésemos alcanzar un acuerdo, el statu quo sería la opción por defecto. No sería una cuestión de desafiar los deseos del pueblo escocés. [Pero] como Gobierno del Reino Unido, tendríamos el deber de representar los intereses del pueblo de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte".

Curiosamente, la respuesta de Salmond ha sido muy similar a la de algunos líderes independentistas catalanes: "Es una intervención sorprendente e irresponsable. El establishment de Westminster [el Gobierno británico] está ahora tan preocupado de perder el referéndum que está amenazando con negarse a respetar la voluntad democrática del pueblo de Escocia y desechar el Acuerdo de Edimburgo, firmado con toda la buena fe con el primer ministro [británico]. [...] Ahora dicen que, al parecer, podrían negarse a reconocer un resultado afirmativo, lo que es impresionante. Demuestra un desprecio preocupante del proceso democrático que está en marcha en Escocia".