El premio Nobel de Economía 1974, Friedrich Hayek, afirmó que "sin una teoría, los hechos permanecen silenciosos". Ahora estamos en un momento en que corresponde recordarlo. Hay que combatir en los frentes concretos y también tener estrategias generales, las cuales precisan de teorías, realistas y conformadas por la vía inductiva.
En efecto, a pesar de una vil y descarada opresión mediática, la maldad intrínseca del régimen de Mas empieza a ser conocida por más y más personas. Es un paso de gigante. Pero hace falta también articular, en un marco de pluralidad, unos pensamientos -unas teorías, como diría Hayek- que acaben con las quimeras que Mas ha sido intentando imponer, como si fueran proféticas y reveladas por él. La liquidación política de Mas requiere desde ahora la articulación de un marco conceptual que impida cualquier mínima resurrección.
Articular la erradicación de una maldad
Por poner un ejemplo oportuno, ya antes de que Perón desapareciera, por el bien de la humanidad, los argentinos tendrían que haber tenido más cuidado de la erradicación del peronismo, hermano en demagogia y populismo de lo que hoy sufrimos en Cataluña.
Como mostró la reciente entrevista dual de Jordi Évole, ha fallado la voluntad de Mas de manipular hechos evidentes, para después articularlos, mediante sobreentendidos demagógicos. Hay que destruir sus mentiras y también su voluntad de coronarlas con una falsa cúpula conceptual, compuesta de meras burradas.
Hay que hacer frente a todos los niveles, entre otras cosas porque las maldades de Mas "no tienen que permanecer silenciosas" ni permitir, una vez anihiladas, un peligroso vacío conceptual. Diversidad toda la que se quiera, pero vacíos intelectuales niguno. Podrían permitir la reaparición de otro demagogo populista.
¿Por qué hablar de un erizo?
El paralelismo que he usado en el titular de este papel tiene sentido desde hace 28 ó 29 siglos, cuando vivió el poeta griego Arquíloco de Paros. Fue gran poeta satírico, en la línea de lo que tenía que ser Pietro Aretino, en la Venecia del siglo XVI.
Arquíloco escribió: "El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa". Significaba que un combate entre el inteligente zorro y el tonto erizo podía ganarlo este último. Tenía bastante con saber convertirse en una bola de púas. No sabe hacer nada más, pero suele irle bien, para sobrevivir.
Isaiah Berlin, el erizo y el zorro
El pensador que creo que más me ha influido, Isaiah Berlin (1909-1997), tomó aquella idea de Arquíloco como base de uno de sus mejores ensayos: El erizo y el zorro (1978). Él se identifica con el zorro asimilándolo al pluralismo, mientras que al erizo lo integra en el monismo, es decir, simplificando mucho, en la idea de que todo se puede reducir a un solo sistema o concepto. Trasladándolo, por analogía, al campo de la política queda claro que las tiranías, las demagogias y los populismos son escandalosamente monistas.
Ahora bien, aplicar criterios filosóficos a Mas es como echar pimienta en un plato de crema, o querer mezclar agua y aceite. La analogía viene por otro camino. En efecto, creo que los que estamos contra Mas somos, con las correspondientes limitaciones, como los zorros. Sabemos algunas cosas y hemos sabido detectar la naturaleza intrínsecamente de bajo techo y maligna del erizo Artur Mas, que sólo ha visto el mundo por el agujero de su ego. Cree que el mundo (y la belleza) es lo que él ve cuando se mira al espejo.
"Socialización del daño"
Mas viene a ser un erizo no solamente porque no sabe qué decir y lo ignora todo sobre todo, como demostró en la entrevista dual en La Sexta de Jordi Évole, con Felipe González y él. También ha conseguido hacer rebotar las justas y crecientes imputaciones que se le hacen. Quiere hacer creer que no tiene ninguna culpa. Nos quiere hacer creer que hay que acusar a "Madrit" o, cumbre del cinismo, a nosotros, que somos las víctimas. Aquí está la "socialización del daño", un criterio malvado que pretende convertir a sus víctimas en suicidas.
Lo explicó muy bien Toni Bolaño en este diario digital. En cualquier país no perturbado por la locura independentista, Mas hubiera tenido que dimitir, y ya no digamos Homs. Pero no ha pasado, ni nadie lo ha siquiera reproducido. Gran error.
Un falso profeta
En realidad, Mas es un falso mesías (recuérdese su inefable cartel de propaganda electoral) a quien se le fundirían los plomos si llegara a pensar con un mínimo de amplitud de miras.
En la práctica, Mas es un erizo porque ha sabido hacer sólo una cosa: convertirse en una bola de púas a base de culpar de todo a "Madrit". Ha sabido encontrar "el enemigo total", a quien declarar la totaler Krieg (la "guerra total" que dijo Goebbels) como también lo supieron hacer el comunismo y el nazifascismo. Estás con Mas o contra él. Los matices y la pluralidad quedan en manos de los zorros y de Isaiah Berlin.
Los murciélagos como víctimas
Después de los zorros, le toca el turno a los murciélagos, que en italiano reciben el nombre de pipistrelli (pipistrello en singular). No recuerdo si la invocación política, por analogía, de los murciélagos fue obra de un discípulo de Norberto Bobbio (1909-2004) o de él mismo. Bobbio es el segundo pensador que más me ha influido, sólo después de Berlin -y seguido de François Furet (1927-1997)-. Después de los tres citados, viene lo que en ciclismo se llama el pelotón.
Bobbio o un discípulo suyo escribió que los liberales, y por extensión los moderados, son como los murciélagos, en el sentido de que cuando están en el suelo pueden ser atacados por roedores que los tomen por pájaros, mientras que cuando quieren pueden ser atacados por pájaros que los pueden tomar por roedores. Si se tiene en cuenta que Mas cuenta con corsarios incultos, aquí puede pasar de todo: son peores y más despiadados que ningún otro animal, sea roedor o pájaro.
Vistas así las cosas, los murciélagos lo tienen menos difícil que los catalanes moderados, que querríamos evitar la confrontación civil interna y catalana, que impone el siniestro Mas.
Adiós a la diversidad del catalanismo
Antes de que Mas nos cayera encima, como una maldición bíblica, aquí coexistían varios grados de catalanismo. Era un hecho transversal, como lo eran otras muchas cosas. Muchos estábamos orgullosos. Lo encontrábamos natural.
Ahora estamos en otro paradigma. Como todos los populistas demagogos, (y no digo nada de los totalitarios) Artur Mas no está por distinciones entre roedores o pájaros, ni por ninguna otra distinción pacífica, animal o humana. Se ha decantado por el monismo, por la exclusión. Puedes ser acusado de traidor o injuriado a cada hora del día, por sus corsarios en Internet. Ya nadie recuerda que CDC nació con corrientes internas bastante admitidas y queriendo constituir un frente, donde estuvo UDC, totalmente integrada, desde el acto fundacional.
Con Mas esto ha cambiado. Una de las noticias de hoy es que UDC quiere que su actual eurodiputado, Salvador Sedó, vuelva a ser candidato. CDC quiere que también repita Ramon Tremosa. Pero, ay, Tremosa no quiere ser candidato si Sedó lo es, mientras que este también se niega a serlo junto con Tremosa. Como símbolo de lo que llaman "unidad nacional" les falta mucho.
Mas y la información manipulada
Mas ha hecho todo mal, mientras anulaba tanto como podía la luz aclaratoria e indispensable de la información social libre, es decir la comunicación no manipulada. Sé algo de cómo funciona esto. Conocí a Jordi Pujol en el despacho de un gran periodista, Andreu Rosselló Pàmies, director de El Correo Catalán entre 1957 y 1977. Era el 12 de junio de 1975. Lo puedo afirmar porque horas antes se había celebrado en el Colegio de Abogados el acto final del ciclo histórico Terceras Vías en Europa.
Pujol estaba con un lápiz rojo en la mano, corrigiendo las galeradas de la información sobre aquel ciclo, donde él había participado. Tenía vocación de censor. Mas todavía más.
TV3, servil y sublevada
Pujol era bastante desastroso. Pero Mas lo ha empeorado. Hoy, Mas tiene entre sus manos a una TV3 ridículamente servil y, además sublevada. Su cúpula cobra los sueldos más altos de Cataluña y de España, para llevar a cabo una programación y unos contenidos de TV parroquial, sea dicho en el sentido clánico, no eclesial. Escribiré de ello muy pronto, y sin límites. Todas las grandes empresas o los grandes entes públicos de la Generalidad son un inmenso desastre, y no necesariamente por culpa de sus profesionales sino por una ineptitud que viene de lejos y radica en la Plaza de San Jaime.
¿Cómo se puede admitir que el director de TV3, según me dicen, gane 170.000 euros, más que Mas y, por lo tanto mucho más que Rajoy? ¿Y la monstruosidad de un millón y medio de pesetas semanales que percibe Mònica Terribas? Y los 80.000 euros de Albert Om por el ridículo programa El convidat? ¿Y cuánto debe ganar el grotesco y petulante (defectos que suelen ir unidos) Miquel Calzada, convertido en bufón mayor de lo que llaman Tricentenario? El eje de todo es una TV3 de la cual informé, por ser cierto, de que tenía más personal que tripulantes tiene el inmenso portaaviones francés Charles De Gaulle. Ahora bien, si este barco de guerra tuviera que transportar las viles mentiras de TV3, se hundiría.
Entes y empresas públicas que no funcionan
También pienso en el Instituto Catalán de la Salud del cual Mas tuvo las santas narices de designar presidente al plurimputado Josep Prat. En los Mossos d'Esquadra, confiados originariamente a una persona del sector más duro del PSUC. En la Universidad Pompeu Fabra, con el mismo mal originario. Por supuesto, pienso en TV3, respecto a la cual tengo algunas revelaciones más que hacer, acompañadas de vergüenza personal.
Creo que es imprescindible repoblar Cataluña de pipistrelli, de murciélagos, es decir, de antisectarios. De momento, estamos demasiado cerca de un erizo (Mas) y demasiado carentes de zorros y de murciélagos.
Será muy difícil. O quizás imposible. Porque en la cultura, en la enseñanza, en las ciencias y las técnicas, y ya no digo en el mundo de la TV, la fuerza del poder político ha ido tomando más y más poder.
Hoy hay que recordar una frase escrita en 1919 por Max Weber, uno de los pensadores de mi "pelotón" de predilectos, dirigida más que nada a la provisión del profesorado universitario. "Se puede estar seguro de que sólo los mediocres y los arribistas tienen la oportunidad de ser designados". Si esto pasaba en la generosa (pero de mal fin) República de Weimar, ¿qué no pasa en la clánica Generalidad de Mas?.
CDC, también víctima de Mas
No es un juego de palabras. Como no lo es afirmar que CDC está sufriendo directamente las barbaridades de Mas. Así, es incomprensible que CDC no tenga un secretario general efectivo, un amplio debate interno, ni líderes alternativos. Mas ha creado una monstruosa "socialización del dolor" que afecta incluso a CDC.
Habría que parar los pies a una situación que tiene aires de suicidio colectivo forzado. Francamente, para todos sería mucho mejor la muerte política de Mas. Tendría que ser liquidado el dolor real y llamado socializado causado por Mas (y sufrido por unos más que por otros). Tendría que servirnos de vacuna respecto a otra recaída. Se tiene que intentar hacer de todas las maneras (como intentaría hacer un zorro), exponiendo que en el mundo moderno y globalizado no puede haber determinismos -sociales o identitarios o de los que sea, como los raciales-. Más bien al contrario: los seres humanos hemos pasado a ser muchas cosas a la vez, como los murciélagos, que diría Bobbio.