Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia, ex alcalde de Madrid y ex presidente autonómico de la Comunidad de Madrid, dirigente del PP, en una entrevista publicada este domingo en La Razón:

Artur Mas parece decidido a continuar con su propuesta secesionista. ¿Cómo actuará el Gobierno para frenarla?

Como ha dicho el presidente del Gobierno, defendiendo la Constitución sin ningún tipo de fisuras. El poder de la Generalidad de Cataluña nace del Estatuto de Autonomía, que, a su vez, nace de la Constitución. Y, por tanto, todo lo que fuera separarse de la Constitución significaría perder la legitimación, que nace de la misma. Nosotros hemos demostrado que cualquier acto que pensamos que sea contrario a la Constitución lo impugnamos, lo llevamos al Tribunal Constitucional que lo suspende, como hizo con la declaración parlamentaria -la declaración de soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña-, y cualquier acción que el Ejecutivo [autonómico] catalán o cualquier otra Comunidad hiciese contraria a la Constitución, seguiría absolutamente el mismo camino.

[...] ¿Cree que existe ese riesgo o que la situación se puede reconducir sin llegar a ese choque de trenes?

Creo que quien está en estos momentos en una situación de angustia política es Artur Mas y el sector de Convergència que se ha entregado en manos de ERC, e intenta trasladar el todo o parte de esa angustia al Gobierno, para que nosotros le resolvamos un problema que ellos mismos han creado. Pero lo que tenemos es que ser conscientes de que este problema lo tiene que resolver quien lo ha creado. Mantendremos siempre la actitud de diálogo, de disposición a adoptar todas las medidas que dentro del interés general sean buenas para Cataluña y el resto de las Comunidades Autónomas; pero nunca una amenaza de incumplir la Constitución puede traer como consecuencia una modificación del régimen económico distinto a aquel que se aplica al resto de las Comunidades Autónomas que se han mantenido siempre en la lealtad constitucional.

Usted ha gestionado la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y ahora es ministro. ¿Qué se debería hacer para evitar esas insatisfacciones de las Comunidades, alcaldes y ahora también del Gobierno?

Paradójicamente, la insatisfacción nace de escalar posiciones de progreso. El error conceptual es pensar que el principio de solidaridad, recogido en nuestra Constitución, se tiene que aplicar entre los territorios, cuando lo que establece la Constitución es que es un principio aplicable a los españoles. ¿Por qué Madrid, como Cataluña, aporta más a la solidaridad nacional de lo que pueden aportar Andalucía o Extremadura? Única y exclusivamente porque hay más madrileños y catalanes con un nivel de renta más alto, que lo que hacen es, en base a ese principio de solidaridad, transferir renta no a los extremeños o andaluces, sino a aquellos españoles que, habiten donde habiten, tienen un nivel de renta más bajo.

¿Usted cree que Artur Mas verá una Cataluña independiente?

Estoy seguro de que no. La independencia de Cataluña es imposible desde el análisis jurídico, político y económico. No hay viabilidad para un Estado catalán, ni dentro ni fuera de la Unión Europea, porque hay que recordar que aunque es rotunda la declaración de la UE de que cualquier secesión de una parte de algunos de los estados miembros lo sitúa fuera de la Unión, eso no significa por sí mismo que se adquiera la condición de Estado. Para ello hace falta un reconocimiento expreso por parte de Naciones Unidas, informado por el Consejo de Seguridad. Ninguna de las grandes naciones apoyan procesos de secesión, que son distorsionantes de la estabilidad que, en estos momentos, necesita Europa y el mundo.

¿De esto es consciente Artur Mas?

Sí. Lo sabe Artur Mas y los dirigentes de ERC. Lo saben quienes están promoviendo un discurso independentista, de que su propuesta no es viable, y ellos son los que tendrán que asumir la responsabilidad de explicarles a aquellos ciudadanos a los que han engañado con una quimera que saben que no es alcanzable, con una ilusión que no se va a poder convertir en realidad, porque no se les dijo la verdad desde el primer momento. Y no podrán decir "Madrid lo impidió", porque aunque Madrid quisiera, entendiendo por Madrid el resto de España, no se podría alcanzar la fórmula que pretende el independentismo catalán dentro de la Constitución. [...]