El líder de UDC y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, asegura que "desde Cataluña ya se han hecho propuestas y que la tercera vía solo puede emerger desde el Estado -ni tan solo del Gobierno- con el apoyo de los principales partidos y de sus instituciones con plenas garantías y a la vez refrendadas por el pueblo de Cataluña".
Así lo ha señalado en su carta semanal publicada este viernes, en la que insiste en descargar de la mayor parte de la responsabilidad del actual clima de tensión política a quienes en realidad lo han generado, esto es, los dirigentes de la federación de la que forma parte.
Duran insiste, además, en que "es irrenunciable la consulta en el ejercicio del derecho a decidir" y que "cualquier decisión que se tome ha de ser aceptada democráticamente por el pueblo catalán". En ese contexto, lamenta tener "la sensación y la convicción de que desde Madrid no se quiere mover un dedo y decir no a todo lo que acordó el Parlamento [autonómico] de Cataluña".
El democristiano añade que "no caben remedios o parches entre las fuerzas políticas que gobiernan en un lado y en el otro; eso es ya el pasado, y puede ser aplicable para acuerdos puntuales, pero no para cambiar el statu quo de Cataluña".
Una declaración unilateral "afectaría claramente" a toda España
Duran asegura que "si esto no llega, Cataluña tiene marcado su camino", y recuerda que "antes de acabar el año se debería acordar fecha y contenido de la consulta" independentista. Si bien, se muestra partidario de las propuestas de otras voces de CiU que consideran que "vale más un buen acuerdo aunque sea más tarde, que un mal acuerdo precipitado". Un acuerdo que, en su opinión, "primero" debería incluir a CDC, ERC, ICV-EUiA y UDC, pero que "si dependiese" de su partido, también añadiría al PSC.
El líder de UDC destaca que "si no hay una consulta pactada, habrá elecciones plebiscitarias, de las que podría surgir una mayoría que declarase unilateralmente la independencia".
Y, aunque considera que "la independencia es muy difícil, o prácticamente imposible, si se entiende como tal la normalización u homologación como Estado independiente con estatus internacional y siendo miembro de la UE", insiste en alertar al Gobierno de que una declaración unilateral de independencia -que "a nosotros no nos llevaría a ningún sitio"- "complicaría la vida a España", que "tendría también graves problemas", porque "afectaría claramente" a su estabilidad política y económica. "Que no se tome, por tanto, con tanta superioridad y pasividad la cuestión catalana", concluye.