El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha vuelto a recordar que para el ingreso en la Unión Europea (UE) se necesita, obligatoriamente, el visto bueno de "todos los estados miembros", tal y como figura en el Tratado de la Unión Europea.
Unas horas después de la celebración de la Diada y la Via Catalana cap a la Independència, reivindicación secesionista respaldada por la Generalidad de Cataluña, el máximo responsable de la Comisión Europea ha señalado -como ya hiciera tras la Diada de 2012- que este es un asunto interno de España.
Pese a la prudencia y la diplomacia que caracterizan a Barroso, ha explicado que la "doctrina legal" que marca el Tratado de la UE es "clara" al indicar que este club es un conjunto de estados, por lo que "si hay un nuevo Estado, este Estado debe postularse para su adhesión y se deberían llevar a cabo negociaciones para su entrada".
Las reglas se aplicarían a "cualquier Estado" porque son las normas sobre integración de los textos comunitarios y "hay que asegurar que estas reglas se respetan", ha añadido el político portugués.
En el marco de la Constitución
En una entrevista para la televisión Euronews, este jueves, Barroso ha indicado que conoce "muy bien" Cataluña y Escocia, y que como presidente de la Comisión Europea no puede "expresar una opinión" sobre las exigencias secesionistas, ya que les compete "a los países de los que forman parte decidir" y no es competencia del presidente de la Comisión Europea.
Por este motivo, la Comisión Europea no tiene previsto llevar a cabo ningún análisis legal ni oficial sobre posibles consecuencias de la secesión de una parte de un Estado miembro. Salvo que lo solicite el Gobierno de uno de los estados.
Barroso ha recordado, una vez más, que el debate sobre la independencia de cualquier parte de un país de la UE debe llevarse a cabo dentro de ese Estado miembro en el marco de los instrumentos constitucionales que existen.