Elisenda Paluzie, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), extiende sus tentáculos al mundo académico. Ella, profesora de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona (UB) y activista independentista, prepara ahora el terreno para asaltar el rectorado del centro a medio plazo. Su figura recuerda a la de un pulpo que abraza a sus presas, ahora rodeando con su ideología el histórico edificio de la plaza Universitat.

Con ella al mando, la ANC ha endurecido su discurso. Cogió el testigo del ahora condenado Jordi Sànchez, que usó la entidad para pilotar el independentismo en las calles, y ha subido la apuesta. Entre otras cosas, Paluzie presiona para que el casi inhabilitado Quim Torra implemente la DUI, se irrita si tiene que responder en castellano, usa el término “español” en tono despectivo, llama al boicot a las compañías que no apoyan la independencia (aunque aquí ha tenido que recular por la acción de la justicia), aplaude los disturbios en las calles porque visibilizan el desafío separatista (algo que le ha costado una investigación) y se atreve a sugerir quién debe y quién no debe estar en la mesa de diálogo para salir del atolladero político y social. Claro, que ella solo ofrece una opción: independencia. 

Vale, la ANC hace política; participa de la vida política como un partido más. Pero va ganando terreno y se sumerge en otros campos, como el económico. Le basta un poco de organización. Para empezar, Paluzie es partidaria de cerrar la puerta de vuelta a las empresas que han salido de Cataluña por las incertidumbres del procés. Y, por si fuera poco, controla también la Cámara de Comercio de Barcelona. Su candidatura, Eines de País, obtuvo la mayoría absoluta en las últimas elecciones camerales, a pesar de que las empresas que la integran son desconocidas, salvo Bon Preu. Y el presidente elegido, Joan Canadell, el mismo que llevaba una careta del prófugo Carles Puigdemont en el asiento del copiloto, es todavía más radical que Paluzie. Además, la ANC quiere que este mandato le sirva para catapultar Anem per Feina, su proyecto en el ámbito patronal y que pretende fagocitar a Pimec.

Vale, la ANC se mete en el mundo económico, un mundo económico politizado. Y ahora va a por la enseñanza. Paluzie está al acecho. No me extraña, de casta le viene al galgo. Uno de sus tatarabuelos, Esteban Paluzie Cantalozella, era historiador, maestro, paleógrafo, editor y anticuario. Abrió su primera escuela en Barberà del Vallès (Barcelona), municipio cuya biblioteca lleva su nombre, y posteriormente levantó otros centros educativos e impulsó una editorial. Sus descendientes siguieron en ese mundo de las letras, aunque en la estirpe también hay arquitectos, astrónomos y escritores. Así que, de modo consciente o inconsciente, Elisenda Paluzie regresa parcialmente a los orígenes, a los catalanes, dado que poco se sabe de su ascendencia “castellana”, que es así como conoce a sus antepasados abulenses y asturianos. Es la independentista omnipresente, aunque ¿quién ha votado a la ANC?