Crónica Global sopla las diez velas este mismo mes de julio. Y el medio digital y los equipos que lo han formado pueden presumir de haber vivido la década de refundación con pasión y arrojo. Baste con mirar la cronología que encabeza esta portada para cerciorarse de que los dos lustros han sido informativamente trepidantes.
En este periodo, la cabecera ha vivido en Cataluña compras bancarias, opas, fugas de empresas, un procés independentista, un Govern intervenido constitucionalmente, una pandemia mundial o un atentado yihadista con múltiples víctimas, entre otros. Han transcurrido tres elecciones municipales, cuatro elecciones autonómicas, cinco comicios generales y dos al Parlamento europeo.
El bagaje es colosal. Casi imposible de interiorizar. Lo vivido en este periodo, y que ha comprendido la explosión tecnológica, desde el lanzamiento del primer SpaceX hasta el auge de la inteligencia artificial (IA), casi escapa de la comprensión humana.
Eso sí, ni la concatenación de eventos a velocidad viralmente endiablada ni la transformación del oficio o los canales --ahora con la IA-- coge a Crónica Global desprevenida. Porque el medio y su equipo son nativos digitales y se cimientan sobre la fórmula de que las buenas historias deberán seguir siendo contadas.
Ni el cambio de condiciones ni las nuevas herramientas y canales derribarán el frontiscipio de Crónica, en el que está inscrita la palabra periodismo en mayúsculas. En una comunidad humana --ahora hiperconectada a tiempo real-- seguirán pasando cosas que merecen ser contadas con rigor. Y en este campo, el medio cuenta con un equipo humano soberbio para hacerlo con éxito.
Simplemente, las historias serán difundidas de otra forma. Pero llegarán al lector.
En paralelo, el abanico de opinadores y opinadoras de Crónica Global complementa esa apuesta por la información diferencial y rigurosa con artículos que arrojan claves de pensamiento al marasmo actual. Las firmas que diariamente lucen en portada suponen oasis de razón en un día a día acelerado que precisa de expertos que lo desenmarañen. Que nos ayuden a la ardua tarea de pensar y mejorar nuestra condición humana, tanto la individual como la colectiva.
En definitiva, el medio sopla velas consolidado, afianzado y dispuesto a afrontar, creo, nuevos retos. Los diez años venideros serán tanto o más apasionantes que los últimos. Y desde esta pantalla intentaremos contárselos con el mismo esfuerzo que los anteriores.
Esperamos contar con su confianza. Muchísimas gracias.