Los accionistas de Circuits de Catalunya, propietaria de la pista de carreras de Montmeló, acaban de escuchar un concierto de acordeón, el melódico instrumento de viento.

En la jerga financiera, se llama “operación acordeón” a la rebaja y simultáneo aumento del capital de una sociedad. Esta terapia musical es indispensable para las empresas que han perdido mucho dinero y cuyos fondos propios muestran signos de agotamiento.

En tales casos, nada mejor que una buena sonata del mentado utensilio sonoro. Lo más corriente es que primero se recorte el capital social a fin de absorber los quebrantos acumulados. Acto seguido, los socios se rascan el bolsillo y robustecen el capital con una inyección de efectivo contante y sonante, a fin de restaurar la averiada situación patrimonial de la entidad.

Circuits ha acometido tal operación, pero en un orden distinto. Primero se ha desdoblado el capital en 7 millones, por compensación de créditos recibidos de los socios. Así, la cifra de aquel se ha elevado hasta los 60 millones. A continuación, sin más demoras, se ha puesto en marcha una drástica rebaja de 26 millones, que lo deja situado en 34.

La firma solo cuenta con tres accionistas, a saber, la Generalitat, el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) y el Ayuntamiento de Montmeló, titulares respectivos del 81%, el 13% y el 6%.

Hasta hace unos pocos años, al terceto de marras no le quedaba otro remedio que echar mano de sus propias arcas a fin de insuflarle los recursos frescos necesarios para cubrir los números rojos y mantener el entramado en pie.

Pero el RACC y el consistorio local declararon tiempo atrás que su generosidad se había acabado, que cerraban el grifo y que renunciaban a acudir a más ampliaciones de capital. Estaban hastiados de poner dinero sobre la mesa cada dos por tres.

De forma paralela, el president socialista Salvador Illa ha tomado el control total del consejo de administración. El flamante mandamás de Circuits es ahora Miquel Sàmperconseller de Empresa y Trabajo; le acompañan como vocales Pol Gibert, adjunto de Sàmper en el departamento; Arantxa Calvera, directora de la Agencia Catalana de Turismo; Jonatan Ferreras, director de Patrimonio; y Abel García Marín, secretario de Deportes.

Su incorporación ha implicado la salida del anterior mandamás Roger Torrent y de los administradores Agustí Serra, Oriol Sagrera, Nuria Cuenca, Albert Castellanos y Anna Caula.

Los relevos en la cúpula de la casa se suceden a velocidad vertiginosa. En el periodo 2019-2025, ocuparon la poltrona presidencial nada menos que seis personas distintas. Salen a razón de una por año.

Desde su inauguración en 1991, el circuito de carreras no ha ganado dinero nunca. Es algo bastante parecido a un saco roto. Año tras año, los contribuyentes catalanes, paganos forzosos de los descubiertos del negocio, vierten su peculio para mantenerlo a flote. Las pérdidas acumuladas en el postrer decenio rondan los 60 millones y las aportaciones del Govern más de 100 millones.

Además, éste sufraga hasta el último céntimo el coste de todas las obras precisas para mantener las instalaciones en un aceptable estado de revista.

Es de recordar que la naturaleza de las actividades de Circuits de Catalunya se alteró por completo a mediados del pasado año en virtud de un magno acuerdo suscrito con Fira de Barcelona. Por él, la gestión de las instalaciones se cede durante veinte años a una sociedad filial de Fira de Barcelona, denominada Fira Circuit, que se subroga en la nómina de los cincuenta empleados.

A cambio, abona a Circuits de Catalunya un canon anual creciente, que en 2025 rondará los 10 millones, más una parte variable en función de los ingresos conseguidos.

Los planes de Fira Circuit pasan por diversificar al máximo las exhibiciones que el recinto acoge al margen de las carreras. Entre otras iniciativas, proyecta introducir ferias y congresos, conciertos lúdicos, actos culturales y abrir un hub de innovación.

Circuits queda como mera propietaria del vasto autódromo de Montmeló y sigue reteniendo los onerosos contratos con las organizadoras de los grandes premios de Fórmula 1 y MotoGP. Ambos acontecimientos, de repercusión mundial, representan el mayor gasto de Circuits. Este año significarán 26 y 12 millones.

El pacto con Fira entraña un giro copernicano que instaura una etapa prometedora, y a la vez apasionante, en la historia del espectacular estadio automovilístico barcelonés.

Las mudanzas no siempre semejan cómodas, pero son imprescindibles cuando las cuentas arrojan déficits sin fin. A veces hay que dar un paso atrás para saltar más lejos. Como dijo el sabio alemán Albert Einstein, si buscas resultados distintos, no te limites a hacer siempre lo mismo.