Esta semana se ha conocido que, en el último año, la Generalitat ha duplicado el número de inspecciones a los comercios para comprobar que rotulen en catalán.
En concreto, los sabuesos de la pureza lingüística han pasado de perpetrar 1.022 registros en tiendas de toda Cataluña en 2023 a cometer 2.269 “actuaciones” en 2024.
Tras el escudriñamiento a miles de comerciantes, los vigilantes del Govern impusieron 207 multas, cada una de las cuales puede alcanzar los 10.000 euros. Y el Ejecutivo autonómico se ha comprometido a intensificar su labor en este ámbito.
Pero el acoso y la persecución a quienes utilizan el español en Cataluña no termina ahí.
También estos últimos días ha trascendido la actividad de una entidad nacionalista de la zona del Penedés consistente en situar en un mapa aquellos comercios que utilizan el castellano en algunos de sus rótulos.
Totrepública.cat (participada, entre otros, por la ANC, Òmnium Cultural y el Consell per la República) ha publicado lo que denomina “el mapa de la vergüenza”. En él, señala más de 140 bares, restaurantes, comercios y otros establecimientos de Vilafranca del Penedés (Barcelona) en los que aparezca una palabra o una frase en español sin traducir al catalán.
El fanatismo de los delatores alcanza extremos como el de denunciar una casa particular porque el rótulo de la alarma está en castellano, o un edificio privado porque tiene un cartel con el siguiente mensaje en español: “Se alquilan plazas de párking”.
Como no podía ser de otra manera, el mapa de estos samaritanos de la lengua ofrece una foto de cada tienda que, además, aparece marcada con una estrella.
Eso sí, en este caso, una estrella de cinco puntas, no de seis.