La buena: el caso Fifagate de Estados Unidos, que salpicaba a la matriz de Grupo Mediapro, Imagina, ha entrado en barrena. La juez del distrito este de Nueva York, Pamela Chen, anuló dos condenas al empresario Hernán López y a la empresa de derechos audiovisuales Full Play con base en una nueva reinterpretación del Tribunal Supremo sobre las transferencias fuera del país. Directivo y firma han sido absueltos, entre protestas de la propia FIFA, entre otros estamentos.
Ello es buena noticia en el rascacielos de la avenida Diagonal número 177 porque uno de los fundadores del grupo, Gerard Romy, figura como investigado en este procedimiento estadounidense. Si la causa colapsa, los cargos contra el español podrían decaer también.
Y es que nueve años después de estallar, el Fifagate ni se ha cerrado ni es ajeno a Mediapro, por bien que la empresa aceptara una sanción menor para saldarlo. La causa continúa, aunque ahora tocada.
La mala: la marcha abrupta de Jaume Roures, también padre fundador del conglomerado junto a Romy y Benet, ha obligado a este último a arremangarse. Desde el seno del Edificio Imagina recuerdan como el filántropo de Lleida estaba muy enfocado a las relaciones institucionales y una miaja al negocio audiovisual, que recaía más en Romy y, en menor medida, Roures. Ahora, con la marcha de ambos por motivos distintos, Tatxo Benet tiene que ejercer de jefe hands on.
En esta clave se leen los cambios de estructura acometidos en Mediapro este año, y que han encumbrado la división museística como nueva línea de negocio, entre otras modificaciones. Nueva apuesta que urge, pues otras divisiones no funcionan, indican desde el interior del torreón vecino a Glòries.
Tatxo Benet ha tenido que coger el timón de la nave, algo que, según indican intra muros, no siempre hizo, o al menos no con la misma intensidad. Y eso en un contexto en el que el accionista decisivo, asiático, escruta con lupa cada área y cada equipo. Todo un reto que llega, eso sí, de buenas noticias desde el otro lado del Atlántico.