El próximo viernes, 22 de diciembre, es el día de la lotería, una jornada de nervios e ilusión para todos aquellos que guardamos uno o varios décimos en la cartera desde hace días o semanas. Durante solo unas horas, en vísperas de Nochebuena, nos encomendaremos a la suerte ante una ínfima posibilidad de convertirnos en millonarios.

Pero hay un catalán que jugará a la lotería cada día de la semana, y es el president de la Generalitat, Pere Aragonès, quien tiene pocos números para convertirse en millonario o asegurarse el poder con una jugada maestra, pero muchos para salir trasquilado del siempre convulso escenario político catalán.

Este martes, Aragonès pondrá la otra mejilla en una mesa de partidos catalanes para afrontar el fiasco del informe PISA. El republicano ha hecho autocrítica en los últimos días, si bien a empujones de la oposición y pidiendo que no hagan sangre porque la responsabilidad es compartida. Lo que viene siendo apelar a la compasión para que lo poco que le queda de mandato no se le vaya por el desagüe.

Está por ver si la mesa de partidos se convierte en una solemne cita para “estadistas” o en el enésimo gallinero, lo cual podría acarrear un serio golpe al president en un momento delicado para su formación y para sus ambiciones personales, al tener que convivir en una suerte de bicefalia y compartir el poder con Oriol Junqueras.

Si no hay suerte para remontar el vuelo el martes, puede volver a probar el miércoles en una nueva sesión de control al Govern que puede convertirse en una auténtica ruleta rusa. La falta de creación de infraestructuras para la sequía durante los últimos 10 años, en los que ERC ha tenido responsabilidades de gobierno, los coletazos de la reunión de partidos y la falta de apoyos parlamentarios para las cuentas de 2024 serán el talón de Aquiles del president, quien no levanta cabeza para realzar su liderazgo pese a los incontables esfuerzos de su equipo. Incluso dotándole de una vibrante agenda internacional.

En pie o a rastras, el republicano jugará su número de la suerte el próximo jueves, cuando el presidente Pedro Sánchez le visite oficialmente en el Palau de la Generalitat. Los grandes acuerdos entre el Govern y el Gobierno de España han sido su principal bandera durante su accidentada presidencia, con ERC fiando toda su suerte a que haya un Gobierno progresista en Madrid que les permita transitar de la parafernalia simbólica del procés a escenarios más posibilistas.

Todo o nada. La verdadera lotería de Aragonès se decidirá este jueves, un día antes del sorteo. Y es que gane o pierda en el negocio de los votos, siempre le quedará el haber recuperado protagonismo político frente a Carles Puigdemont. El hombre que acapara todas las miradas desde que la noche del 23 de julio los diputados neoconvergentes abandonaran el rincón de pensar para decidir el futuro de España.