Los Fondos Europeos son sin duda una gran oportunidad para la modernización y la transformación digital de nuestro modelo productivo y de nuestra economía. La llegada de estos 140.000 millones de € exige la existencia de un clima de estabilidad política e institucional que facilite el acceso a estos fondos y su eficaz aplicación.

Estos fondos servirán para financiar aquellos proyectos tractores que se aplicarán a sectores con una gran capacidad de arrastre, que permitan el crecimiento económico, la creación de empleo y la competitividad de nuestra economía. Para asegurar el éxito de los mismos será necesaria la colaboración público privada y la transversalidad de su aplicación a través de las diferentes administraciones. Las administraciones involucradas tendrán que agilizar los mecanismos de adjudicación asegurando al mismo tiempo la transparencia y el control de los mismos.

Sin duda es licito y al mismo tiempo deseable que en una democracia consolidada como la española, la oposición ejerza el papel de control y la exigencia de transparencia en la gestión de los fondos. Lo que no es comprensible es que el partido mayoritario de la oposición, en su estrategia de confrontación y de lucha sin cuartel, intente convertirlos en un instrumento de su campaña electoral incluso llegando a poner en peligro la llegada de los mismos.

No es de recibo la aireada campaña ante la CE por supuesta corrupción en el reparto de estas ayudas. Sembrar la duda en los medios internacionales e intentar contribuir al desprestigio de las instituciones y del gobierno de España no es una actitud inteligente para un partido que ha gobernado y esperar gobernar el país. Una vez más llama la atención el papel de activista y agitadora mediática de la presidenta Ayuso al amenazar con denunciar a Bruselas la asignación de los fondos. No parece razonable la acusación de discriminación en el reparto territorial cuando hasta el momento Cataluña, Andalucía y la Comunidad de Madrid (dos comunidades del PP) encabezan el ranking del reparto de dichos fondos.

La mejor manera de responder a estas acusaciones es que el Gobierno de España utilice los mecanismos de transparencia y medidas antifraude que garantizan la adjudicación de estos fondos “a través de convocatorias públicas y transparentes de licitaciones, subvenciones y ayudas”. Estas ayudas y subvenciones deben pasar todos los filtros de la Comisión Europea y están sometidos a un exhaustivo y permanente control. Por otra parte, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude garantiza su gestión al tener acceso directo al sistema informático único que controla en tiempo real.

Sin ninguna duda es imprescindible la mejora del funcionamiento de los mecanismos de asignación de los fondos, así como abordar los problemas del bajo nivel de ejecución de los mismos derivados de las trabas burocráticas y de las dificultades para ejecutarlos en un plazo tan ajustado de tiempo.

Los fondos europeos también han estado presentes en las negociaciones para conseguir el acuerdo con la CEOE en la reforma laboral. Este acuerdo se alcanzó una vez que el presidente del Gobierno diera garantías de la participación de las grandes empresas tractoras de la economía española en el reparto de dichos fondos. El acuerdo alcanzado con la CEOE sirvió al mismo tiempo para obtener el aval de la CE.

En Cataluña los fondos europeos han formado parte sin duda de la mesa de diálogo constituida entre el Gobierno de España y la Generalitat catalana. La asignación de los mismos es una buena oportunidad para modernizar el tejido industrial catalán y activar a las empresas catalanas más competitivas. El ejecutivo español deberá asegurarse de que los mecanismos de vigilancia y control eviten que estas ayudas y subvenciones terminen alimentando estructuras clientelares y reforzando el parasitismo de empresarios vinculados al procés.

El éxito en la utilización de los fondos radicará sin duda en la identificación y movilización de proyectos tractores con un alto componente de colaboración público privada y con la cooperación solidaria entre autonomías. Pero sobre todo España necesita que el partido mayoritario de la oposición actúe con responsabilidad patriótica y no ponga trabas a la llegada de estos fondos. Sin ellos no será posible la recuperación económica de un país golpeado por la pandemia y las miserias partidistas.