Pensamiento

Derechos lingüísticos y manipulación

21 febrero, 2015 11:31

Desde que el día 21 de febrero de 2000 la UNESCO proclamó el Día Internacional de la Lengua Materna para promover las diferentes lenguas y culturas, se celebra en todo el mundo el Día de la Lengua Materna. Desde entonces se valoraron -en el mundo desarrollado, al menos- las lenguas regionales o minoritarias como vehículo de transmisión de cultura y conocimientos especialmente para los niños en la escuela. Hoy está fuera de toda duda que la mejor forma de escolarizar a un niño es a través de la lengua materna. La lengua materna (de muchos o pocos hablantes) es el facilitador por excelencia de la comprensión y expresión de los conocimientos y sentimientos del hombre que debemos transmitir y ampliar a nuestras generaciones venideras.

Hoy está fuera de toda duda que la mejor forma de escolarizar a un niño es a través de la lengua materna

En Europa hay nada menos que 30 lenguas minoritarias, según la UNESCO. No todas ellas tienen el mismo reconocimiento social y político. En 16 Estados europeos ni se las menciona en sus respectivas Constituciones. Aunque lo cierto es que ninguna está perseguida.

Vasco, gallego y catalán son cooficiales en sus respectivas CCAA junto con el español -la lengua oficial de todo el territorio español-, desde la Constitución de 1978, en su artículo 3. En España la modernización de las estructuras de Estado en el siglo XVIII impulsó "sin que se notase el cuidado" la utilización del español por todo el territorio como forma de cohesión del Estado a imitación del francés. El castellano entonces -hoy español- no fue oficial, es decir utilizado necesariamente como lengua de Estado, hasta la Constitución de 1931. Antes de esa fecha era la lengua mayoritariamente conocida por todos los españoles, pero no impuesta por ley, y por supuesto las otras lenguas de España no eran perseguidas salvo en las dictaduras, en donde se persigue todo aquello que molesta a la ideología del dictador.

La Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias (CELROM) es un instrumento de protección de las lenguas minoritarias de Europa, que España ratificó el 2 de febrero de 2001 en los términos más ambiciosos posibles, precisamente para proteger dichas lenguas, especialmente desde la escuela. Así el artículo 8 -relativo a la instrucción de los niños- permite que sea impartida la enseñanza obligatoria totalmente en la lengua regional, siempre con dos condicionantes: voluntariedad y aprendizaje de la lengua oficial del Estado.

"En materia de enseñanza las partes se comprometen en el territorio sobre el cual esas lenguas son practicadas, según la situación de cada una de esas lenguas y sin perjuicio de la enseñanza de la lengua oficial del Estado", señala el citado artículo.

Y para ello el artículo 7.1.G prevé "la provisión de medios que permitan aprender una lengua regional o minoritaria a los no hablantes que residan en el área en que se emplea dicha lengua, si así lo desean".

Curiosamente estas últimas palabras de aprenderla si lo desean en un alarde de cinismo se suelen omitir cuando en Cataluña se habla de la enseñanza también en español, es decir la voluntariedad se ha sustituido por la obligatoriedad.

Padecemos un Gobierno autonómico que ha hecho de la lengua vernácula un arma política que esgrime para conseguir la independencia política

Por si no estuviese suficientemente claro el concepto de voluntariedad de la enseñanza en la lengua regional existe un informe explicativo de la Carta que en sus parágafos 65 y 66 dice: "Los hablantes de las lenguas minoritarias saben que, para su propio desarrollo personal, necesitan conocer la lengua oficial [del Estado]. Con el fin de facilitar la comunicación y el entendimiento entre los grupos lingüísticos, se pide a las partes, en los territorios donde exista una lengua regional o minoritaria, que proporcionen los medios que permitan a las personas que no la tengan como lengua materna aprenderla, si así lo desean".

Incluso otros dos parágrafos -el 13 y el 14- del mismo informe explicativo vuelven a incidir en lo mismo:

"Si bien el proyecto de la Carta no aborda el problema de las nacionalidades que aspiran a alcanzar la independencia, ni los cambios en las fronteras, se prevé que ayudará de forma realista y moderada a mitigar el problema de las minorías para las que su lengua es su característica distintiva, permitiéndoles sentirse bien en el Estado en el que la Historia les ha situado. Lejos de reforzar las tendencias desintegradoras, al aumentar la posibilidad de utilizar las lenguas regionales o minoritarias en las diversas esferas de la vida, los grupos que las hablan acabarán por olvidar los resentimientos del pasado que les impidieron aceptar su lugar en el país en el que viven y en Europa en su conjunto.

[...] En este contexto, debería subrayarse que la Carta no concibe la relación entre las lenguas oficiales y las lenguas regionales o minoritarias en términos de competencia o antagonismo, [sino que busca] promover un mayor entendimiento entre los diferentes grupos de la población que viven en un Estado sobre una base intercultural".

Parece que estos parágrafos -que copio literalmente-estuviesen escritos especialmente para la Cataluña de aquí y ahora puesto que padecemos un Gobierno autonómico que ha hecho de la lengua vernácula un arma política que esgrime para conseguir la independencia política.

En el Congreso sobre Bilingüismo en la Escuela celebrado en Vigo el 11 y 12 de septiembre de 2009 Anna-Kaisa Mustaparta, que forma parte del Consejo Nacional de Educación en Finlandia -país que, como todo el mundo conoce, obtiene las mejores puntuaciones en las pruebas externas PISA, y que por ello se ha convertido en modelo de sistema educativo-, precisaba en una carta personal al periódico El Faro de Vigo, que habia tergiversado sus palabras en la Ponencia del Congreso.

"En Finlandia existen dos lenguas oficiales: finés (filandés) y sueco. Los hablantes de las dos lenguas tienen garantizada la igualdad de derechos en áreas como la sanidad o la educación. Hay colegios donde la enseñanza es en finés y otros que lo es en sueco. Todos los estudiantes estudian la otra lengua como asignatura.

[...] Considero que aprender asignaturas en otro idioma aparte de la lengua materna no debería ser impuesto (estamos hablando de enseñar en una lengua oficial, no de inmigrantes, pequeñas minorías lingüísticas y otras situaciones en las que puede haber problemas para encontrar profesores o material).

La proximidad de las lenguas puede ser una ventaja y un problema: los estudiantes que tienen como lengua materna el español probablemente aprendan a comprender y hablar gallego (o catalán ) rápidamente, pero si ambas lenguas se utilizan para enseñar asignaturas que conllevan leer y escribir mucho (ciencias, historia etc.), las reglas gramaticales, ortografía y vocabulario se mezclarán afectando a sus habilidades escritas. Por lo tanto comprendo a aquellos que quieren que se les enseñen matemáticas, ciencias, historia, etc. en español".

En Cataluña, a pesar de las recomendaciones internacionales, de las leyes, de las resoluciones de los tribunales y de la oposición de un numero significativo de padres, y ante la mirada opaca de los diferentes Gobiernos de España, se siguen inmersionando a todos los niños castellanohablantes en catalán, a pesar de todos los pesares, vulnerando derechos, consecuencias educativas y hasta el sentido común. ¡Viva la Libertad¡