Pásate al MODO AHORRO
Ignacio Vidal-Folch opina sobre el caso de Ramón Flecha

Ignacio Vidal-Folch opina sobre el caso de Ramón Flecha Fotomontaje CG

Pensamiento

La oscura prosa del profesor Flecha

"He leído unos tuits del señor Flecha y la verdad es que resultan poco tranquilizadores"

Publicada
Actualizada

Unos artículos sensacionales, y ciertamente turbadores, de Gemma Saura y Carina Farreras en La Vanguardia, sobre el catedrático de sociología de la universidad de Barcelona Ramón Flecha (Bilbao, 1952), que acaba de jubilarse tras ser suspendido cautelarmente de sus funciones como catedrático emérito mientras se investiga la denuncia de 14 mujeres, que le acusan de mantener relaciones íntimas con subordinadas en un contexto de desigualdad jerárquica, de ejercer manipulación emocional y de vincular oportunidades académicas con favores sexuales, me han llevado a visitar las redes sociales a ver qué dice en su defensa el tal profesor.

He leído unos tweets del señor Flecha y la verdad es que resultan poco tranquilizadores. Así explica los motivos de la persecución que están padeciendo él y su obra educativa, CREA (Comunidad de Investigación sobre Excelencia para Todos), entidad por él fundada y que según las denunciantes vendría a ser poco menos que una secta: “Durante décadas he ganado muchos enemigos y enemigas simplemente por decir que nunca he sido ni seré putero”.

Bueno, esta es una defensa ciertamente débil y suena bastante extemporánea y extraña. Ya que aquí nadie ha hablado de ese tema. Y que es totalmente improbable ganarse enemigos por proclamar que uno no frecuenta el sexo de pago, como por no gustar de la filatelia. ¿O acaso hay que creer que hay una sociedad secreta de perversos puteros que detestan al señor Flecha por no ser uno de ellos? Esto es tonto y muy poco verosímil.

En otro de sus tuits dice: “Quienes pensaron que esta campaña de graves calumnias impediría mi denuncia de un violador de niños de menos de diez años se equivocaron”. Este mensaje no menos raro quiere decir que sus acusadoras encubren a un pedófilo, por los motivos que sean, y que la han tomado con él para acallarle. Es una película poco verosímil. Si no dices el nombre del pedófilo al que has denunciado o piensas denunciar no puedes aspirar a mucha credibilidad.

En 2004 y 2016, Flecha enfrentó dos denuncias colectivas, que acabaron archivadas por la Fiscalía. También en aquellas ocasiones su grupo atribuyó las acusaciones a conspiraciones urdidas por presuntos maltratadores y acosadores, en venganza porque Flecha les había plantado cara.

En otro tweet se jacta el catedrático de que CREA inventó y propuso el primer protocolo contra la violencia de género para los centros universitarios, protocolo que ha inspirado muchos otros. Tampoco esto tiene mucho que ver con la acusación de 15 denunciantes ni con la investigación que ha abierto sobre sus actividades la Universidad de Barcelona. (El rector, Joan Guàrdia, dijo ayer que en breve se hará pública la resolución de la comisión investigadora sobre el caso).

Parece que desde su fundación CREA hace mucho hincapié en la igualdad y la protección de los derechos de la mujer, especialmente de las jóvenes que ingresan en la universidad. Quizá más chocante que estos mensajes en las redes sociales que acabo de citar sea el fragmento de un libro, Amistades creadoras, que ha publicado CREA y que es lectura incluida en la formación al profesorado de las comunidades de aprendizaje, según las citadas periodistas:

“Ambos [es decir, el señor Flecha y su socio en la fundación de la entidad educativa] han sido hombres muy deseados por muchas mujeres, al mismo tiempo que extraordinariamente consecuentes con los planteamientos feministas (...). Nunca se aprovecharon de ese atractivo para hacer algo que fuera en contra de los valores y sentimientos feministas y no porque reprimieran el deseo de hacerlo, sino que porque no lo deseaban; desde edades muy tempranas, esos sentimientos salían de lo más profundo de sus vidas”.

¡Pero, bueno! ¿Esta prosa, llena de cursilería y unción, de baba e incienso, es un texto académico? Dime de qué presumes y te diré qué te falta. Y a la espera de las conclusiones de la comisión de investigación, y de la posible elevación del asunto a la fiscalía, yo me adelanto y condeno al señor Flecha y a sus colaboradores, por chirriantes. Frases así no tienen perdón de Dios. Ni mío.