Pásate al MODO AHORRO
Santiago Abascal y Donald Trump

Santiago Abascal y Donald Trump

Pensamiento

El descalabro

"Trump martillea a las democracias occidentales con los codos de los partidos antidemócratas; y mientras tanto, la oposición del PP, en España, llegará al Gobierno con la ausencia de discurso"

Publicada

La permanencia del discurso niega la fragilidad del gesto: “Debemos hacer todo lo posible por expulsar a las empresas extranjeras que construyen infraestructuras en nuestra región”, dice literalmente la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional, lanzada por Donald Trump. ¿Estamos dormidos? Sí. La riqueza no se mide hoy por el fondo crediticio, sino por el valor de los bienes de equipo tecnológicos, la fortaleza del mañana.

Cuando Donald Trump, en el mismo documento de Estrategia de Seguridad, habla de apoyar a la derecha dura europea, les está ofreciendo a los “partidos patrióticos” el contenido de los hechos alternativos.

Vox, el centro-derecha del sur a criterio de la consultora Ipsos, ha entrado en las clases medias. Propaga falsas soluciones de bienestar para conquistar el voto de los más desfavorecidos y utiliza el rencor social para instalar su mensaje en el centro de un grandioso despliegue de vulgaridad y desigualdad. Saben que “un directivo gana en un año lo que un trabajador tarda cien” (Oxfam-Intermón). Y sus votantes tragan.

Los padres de nuestro liberalismo, Valentín de Foronda o Campomanes, se rasgarían las vestiduras. En las Cortes españolas, que un día señorearon Romanones y Cánovas, no cupo jamás semejante cabestrillo; los ultracatólicos de entonces fueron el antecedente del actual presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, peticionario de sendas confianzas, censuras o elecciones. El melancólico mitrado nos propone unos comicios, pero haría bien de guardarse los santos óleos para sus turiferarios.

Trump martillea a las democracias occidentales con los codos de los partidos antidemócratas. Y mientras tanto, la oposición del PP, en España, llegará al Gobierno con la ausencia de discurso. Sin doctrina, mandan los principios de la posverdad, encarnados en Abascal, Ayuso y MAR.

¿Hasta qué punto está dispuesto Pedro Sánchez a ceder ante Puigdemont por un alargue de la legislatura? El PSOE pierde peso aceleradamente en los sondeos; el sistema solo se soporta con base en las mayorías parlamentarias y el órdago de Yolanda Díaz, exigiendo cambios en el Gobierno, cae en saco roto por la debilidad parlamentaria de Sumar.

Trump amenaza a nuestras multinacionales instaladas en las Américas. El Estado muestra sus costuras, pero Feijóo no aprovecha su ventaja frente a Sánchez y le pierde la cara a Díaz Ayuso en la última cena de Navidad, en La Alquería de Alcorcón. El Gobierno se tambalea, pero la alternativa no está lista para cambiar de rostro. Sin el PP no hay alternancia.

El acoso sexual daña a la médula del socialismo, más que la corrupción. En Extremadura, la Alabama de Trump, el PP puede perder el liderazgo nacional que se le otorga hoy en las elecciones generales. El clan galaico de Feijóo es un núcleo de Cabaña Cividade, aficionado a la tortilla de Betanzos y la empanada de lamprea. No sirve para prometer un mañana más allá del descalabro de Sánchez.